Es evidente la desidia por parte del municipio con respecto a la actual situación de nuestra ciudad en la que se han vuelto recurrentes los hechos delictivos.
En las últimas semanas se han registrado un aumento considerable en la sucesión delitos ocurridos en nuestra ciudad, con el agravante de poseer un mayor grado de violencia en cada uno de ellos. Por tal motivo creemos imperioso el tratamiento de dicho tema, el cual no deja margen de tiempo, y requiere acciones concretas que tiendan a buscar resoluciones al respecto.
Hoy realmente, el Estado Municipal deja mucho que desear en este aspecto ya que no supo sostener el trabajo participativo de los “foros de seguridad” (hoy inexistentes) y la creación de la secretaría de prevención ciudadana supuso la disposición de una nueva bolsa de trabajo en lugar de un espacio para la promoción y desarrollo de políticas de seguridad.
Situación que lleva al desaprovechamiento de una herramienta creada por este municipio, como lo es la Guardia Urbana, la cual no ha sabido plasmar en la realidad (a ciencia cierta) su verdadera
función.
A la caterva de fallidas decisiones o, mejor dicho, medidas prometedoras mal implementadas, que debido a ello quedaron en la nada misma, tenemos el sistema de cámaras de vigilancia del cual no se brinda información con respecto a su estado, como así también la ausencia de informes en relación a la efectividad del mismo a la hora de brindar apoyo a las fuerzas de seguridad. Lo mismo ocurre con los botones anti-pánico.
En este contexto es que la delincuencia encuentra terreno fértil para el desarrollo de su actividad teniendo como testigo a la realidad de las últimas semanas en que los delitos aumentaron al ritmo de la violencia de los mismos principalmente en robos y violencia de género (con un promedio de treinta casos al mes).
En cada uno de los puntos descriptos lo que hallamos es un Estado ausente que no brinda seguridad ni asistencia a quienes padecen la ausencia de la misma. Es por ello que proponemos la implementación de una mesa de trabajo encabezada por el intendente (principal responsable), los concejales (entre los que me incluyo), las fuerzas de seguridad y los vecinos en general para trabajar de forma conjunta en la diagramación de políticas que reduzcan los delitos en el distrito si queremos volver a esa Dolores en que los vecinos podían tomar mate en la vereda, los abuelos vivir de manera tranquila y los más chicos criados en un ambiente alejado de cualquier tipo de violencia.
Esto sólo lo lograremos si nos proponemos construir la seguridad entre todos.