CVPBA| Seguridad sanitaria y ganadería-
En estos últimos años el sistema ganadero se vio sensiblemente afectado por importantes pérdidas en su rentabilidad. A poco andar sobresalen las causas principales y entre ellas el impacto que las enfermedades no prevenidas tienen sobre la producción del sector. El escenario actual plantea la necesidad de comenzar a priorizar la sanidad animal con la activa participación de los servicios veterinarios.
Los aspectos sanitarios son fundamentales a la hora de lograr un incremento del stock, las tasas de extracción y la productividad ganadera. De esta manera, muchos productores ven amenazados sus medios de vida por la falta de un efectivo papel de los profesionales veterinarios en materia de prevención y salud animal; aspectos claves para la sustentabilidad y el desarrollo de la actividad, así como la seguridad alimentaria.
Las principales enfermedades reproductivas afectan directamente el estado de la ganadería. La brucelosis, IBR, DVB, trichomoniasis, leptospirosis y campylobacteriosis bovina, son las principales causantes de las bajas tasas de concepción y de partos. También debemos tener en cuenta el efecto constante de la Parasitosis, Carbunclo y Queratoconjuntivitis. Ni la actividad privada, ni los sistemas implementados, ni las políticas sanitarias se han podido organizar para minimizar el impacto de estas enfermedades, generando que la trayectoria de la producción ganadera no haya podido revertir su tendencia regresiva.
Si bien en la actualidad la tecnología y la innovación son herramientas indispensables para la transformación de las estructuras productivas, también es posible y mucho más económico, invertir en una mayor inclusión de los médicos veterinarios en los diferentes sistemas productivos. Esto es imprescindible para fijar los lineamientos necesarios sobre el impacto de la sanidad en la productividad animal, a través del diseño de planes sanitarios productivos según las características y requerimientos de los productores. La realidad de los sistemas de producción en nuestro país implica nuevos desafíos y exigencias que deben enfrentarse con más y mejor profesionalismo. Desde el Colegio de Veterinarios se promueve que los colegas asesoren a los actores necesarios no solo para procurar la sanidad de los animales, sino también intensificar las buenas prácticas y mitigar el impacto ambiental de estos sistemas.
Para los pequeños y medianos productores, es posible lograr una mejora en la situación de la ganadería actual haciendo centro en el manejo y asesoramiento de estos servicios: el rol más importante de la figura del veterinario es transferir conocimientos básicos y elementales para generar cambios en los modos de trabajo, en las formas de alimentación (factor fundamental para lograr mejoras en la producción) y en las prácticas sanitarias, incluso sin la incorporación de tecnología avanzada. En este sentido, los veterinarios
deben informar y educar a los productores en la incorporación de herramientas de trabajo prácticas, de bajo costo en establecimientos con índices productivos bajos. También deben ser los responsables de diseñar y monitorear las estrategias sanitarias dentro de cada establecimiento, consolidando la calidad y trazabilidad de los procesos y las tecnologías básicas e indispensables para cada caso particular.
El futuro exige aún más cambios y especialmente replanteos y adaptaciones de los sistemas a la realidad actual. Es aquí donde el Estado debe generar las herramientas básicas de financiamiento, facilitando la incorporación de infraestructura básica e indispensable (mangas, aguadas, alambrados etc.) para mejorar los índices productivos. Debe brindar información y trabajar interdisciplinarmente y en conjunto con todos los integrantes del sector, para generar planes sanitarios efectivos y poder sí, lograr objetivos de alto impacto sobre la salud animal y pública. Esta es la responsabilidad del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires, junto con los gobiernos, las instituciones de investigación y las áreas académicas pertinentes: trabajar por el buen uso de los recursos existentes y seguir facilitando el desarrollo de los conocimientos científico-técnicos, las soluciones a medida y la tecnología adecuada para la sustentabilidad de toda la producción ganadera.