A 118 años del nacimiento del Maestro Honorio Siccardi

HONORIO SICCARDI

13 de septiembre de 1897 – 10 de septiembre 1963. Buenos Aires.

Compositor, pedagogo, intérprete, y difusor de la Música Argentina.

Formado musicalmente bajo la guía de Pablo Beruti, Felipe Boero, Gilardo Gilardi y Ernesto Drangosch en la Argentina, y con Gian Francesco Malipiero en Italia donde obtiene el título de Maestro Compositor con las más altas calificaciones de los últimos 50 años.

Se desempeña como profesor de música en Colegio Nacional y Escuela Normal de Dolores. Enseña piano, canto, armonía, historia y composición en forma particular y en los Conservatorios Wagner, Jacobo Ficher y Honorio Siccardi. Entre sus alumnos se pueden mencionar: Washington Castro, Hilda Dianda, Consuelo Mallo López, Manuel Juárez, Leopoldo Hurtado, y Abel Fleury, entre otros.

Funda 16 coros entre 1924 y 1946, la primera biblioteca musical del país, 1926 en el Colegio Nacional de nuestra ciudad, el primer archivo musical (1930), un seminario de música (1936) en la Escuela Normal de Dolores.

Crea revistas musicales y entidades para la difusión de la música; publica artículos musicales en diarios y revistas especializadas y en diarios nacionales como: La Prensa, La Nación, También en El Argentino y en diarios del interior y del exterior. Edita sus propias obras y libros. A partir de 1931 integró el Grupo Renovación, agrupación de músicos con el objetivo de difundir sus obras, y de hacer conocer las últimas producciones europeas en Buenos Aires. El grupo contó entre sus integrantes principales, a Luis Gianneo, Gilardo Gilardi, los hermanos Castro, Juan Carlos Paz y Jacobo Ficher siendo su secretario hasta la disolución del Grupo en 1944. La producción musical de Siccardi, abarcó todos los géneros: música de cámara vocal e instrumental, sinfónico, sinfónico-coral, ballet y ópera, superando las 250 obras.

De sus primeras obras, podemos destacar la importancia de su Cuarteto para arcos no.1, que se caracteriza por su osadía armónica, no exenta de lirismo. Este género ocupó un lugar preponderante en su obra, ya que escribió siete cuartetos para cuerda, cantidad sólo alcanzada en la Argentina por su colega Arturo Luzzatti. El último de los cuartetos, del año 1955, ofrece un asombroso juego de sonoridades.

Entre su producción para voces y orquesta, se destacan las obras Las nueve musas, y Sogno verace, original propuesta en donde el coro recita un texto rítmico en jitanjáfora. En la partitura el autor aclara: “la letra llena función fonética, no necesita traducción porque carece de significado, admite la pronunciación propia de cada idioma”.

La música orquestal se halla representada por varias obras de diverso carácter, entre las que encontramos la Segunda Suite Argentina y la Sinfonía. La Suite, cuyo orgánico instrumental incluye seis guitarras utilizadas como color especial, contiene muchos aciertos y novedades que no se habían dado hasta el momento en la música orquestal argentina. En cuanto a la Sinfonía, podemos decir que es la obra que utiliza la mayor cantidad y variedad de instrumentos de todo el repertorio argentino conocido. Incluye la familia completa de saxos, diversas flautas, nutrida percusión, fagot soprano, oboe barítono y viola da gamba. Uno de sus movimientos incluye el tema popular tradicional denominado Décima de Pavón.

Los conciertos con instrumento solista de Siccardi, son cinco: para piano, para violín, para guitarra, para bandoneón y para dos pianos. El concierto para bandoneón es probablemente el primer concierto en la historia escrito para ese instrumento. En el género del ballet, Siccardi realizó dos aportes también destacados por su originalidad: el ballet de

Cámara Títeres, para vientos y percusión, y el ballet Buenos Aires, obra que incluye un juego de luces anotado en la partitura, hecho inédito hasta aquel año – 1936 – en la música argentina. “Títeres”(1934) en su versión como ballet, recibe el 1º Premio de la Municipalidad de Buenos Aires en 1936 y la otra suite de cámara “Buenos Aires”(1935), recibe el 2º Premio del Concurso de la Asociación Profesorado Orquestal de Buenos Aires. En 1937, se registra la creación y publicación de las primeras obras para voz y piano de esta etapa: “Primavera del campamento” y “Camino para la sonrisa de una muchacha” cuyo texto es de Amado Villar. Ellas reciben el Premio de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea (Varsovia) en 1939. También escribe el “Concierto para Violín y Orquesta” que recibe Mención de Honor de la Edwin Fleisher Collection (Filadelfia) en 1937.

Son de destacar los poetas relacionados con sus obras, por ejemplo Amado Villar, Horacio Rega Molina, Baldomero Fernández Moreno, Pedro Miguel Obligado, Leopoldo Lugones, Francisco López Merino, Enrique Amorim, Carlos Mastronardi, Leónidas Barletta, Eduardo Mallea, Justo G. Dessein Merlo, María Alicia Domínguez, W. Jaime Molins y Oscar Melgar. No debemos olvidar que Siccardi, en la mayoría de sus obras para voz y piano, presenta los poemas en español y realiza la versión italiana de los mismos, tarea que los propios poetas agradecen.

En 1941, es elegido integrante del jurado en el Concurso del IV Centenario de la Fundación de Santiago de Chile. Completan el Jurado Aarón Copland de Estados Unidos y Oscar Lorenzo Fernández de Brasil. Siccardi es presidente del Jurado por votación de sus colegas.

En cuanto a su producción operística, ésta incluye dos obras en un acto: Flechas y Arcabuces, de 1940, sobre un episodio histórico uruguayo, y Mador, obra de 1957. En la primera de ellas, se plantea un episodio americano con recursos musicales de gran complejidad, y en la segunda, el autor experimenta con novedosas y diferentes maneras de emisión vocal y utilización de los timbres instrumentales. El argumento de Mador – también del músico – , ubicado en el seno del antiguo Imperio Romano, se centra en las influencias que producían en el espíritu de los antiguos, las enseñanzas de Jesús.

A toda esta serie de producciones musicales de gran originalidad, se agregan cantidad de piezas breves, canciones, obras corales, sonatas y gran diversidad de música de cámara. Siccardi además es recordado como pedagogo, y especialmente por efectuar su Gira Inter-Americana para la Difusión de la Música Argentina que luego se convirtió en Gira Mundial. (Más de 270 actos). Proyecto trascendente, no sólo por su concepción, sino por su amplitud espiritual, pues la música difundida por Siccardi incluía todas las estéticas y estilos que encontramos en la música argentina. Dirigiendo grandes coros y orquestas, o al piano solamente, o incluso con grabaciones, las innumerables conferencias que realizó Siccardi difundiendo la cultura argentina, se expandieron desde Jujuy y Paraguay, hasta Tierra del Fuego, alcanzando finalmente los países europeos, en un proyecto que nunca pudo revivirse luego de la desaparición física del maestro.

Otra tarea que continuó sin descanso es la de ser pianista acompañante, actividad que inicia en sus primeros años de músico, en Dolores y en Italia, en su época de estudiante. Colabora con Enio y Remo Bolognini, Luis Roig, Humberto Panciullo, Mercedes Melbros, Elvira Magaldi, con el dúo Severi-Borgatto, Egidio Corví, Antonio D. Cosentino, Federico Dávila Miranda, Elsa P. De Marconi, Aristóbulo Gómez, Estela Bertoldi, Sante Roselen, Germán Weil, Heinitz de Weil, por nombrar algunos; y no debemos olvidar el trío Melbrós – Martucci – Siccardi (canto, flauta, piano).

En 1963, difunde su obra “La música en el Martín Fierro” y recibe el Premio de la Asociación Dante Alighieri por las traducciones de poemas del español al italiano. Su salud está cada vez más quebrantada, lo que le imposibilita concretar el viaje programado a Europa. El 10 de septiembre de 1963 muere en Buenos Aires.

El 3 de enero de 1964 recibe el Premio Post-Mortem otorgado por la Dirección de Cultura de la Provincia de Buenos Aires.

Fuentes: Otero, Ana María. Bruno-Videla, Lucio. Archivo Honorio Siccardi.

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