Los griegos amanecieron hoy navegando entre la resignación y la desconfianza luego de las drásticas medidas de ajuste adoptadas por el gobierno de Alexis Tsypras para recortar el déficit fiscal y obtener así un nuevo tramo de los préstamos acordados con los organismos de crédito.
Tras dos días de huelga general, el parlamento griego aprobó recortar de manera frontal las jubilaciones y pensiones y un aumento significativo de los impuestos, dos medidas que afectarán en lo inmediato a los sectores más desprotegidos de la sociedad griega.
La mayoría de los trabajadores tanto públicos como privados así como pensionados y jubilados no creen que el programa económico de Tsypras pueda resolver la crisis que afecta al país y cargan las responsabilidades en las instituciones políticas del país y las presiones de la Eurozona, a las que acusan de chantajear al país para obtener beneficios a costa de la gente.
Telam