UNA NUEVA MASACRE CONMOCIONÓ ESTE DOMINGO A ESTADOS UNIDOS, LUEGO QUE UN HOMBRE ABRIERA FUEGO DENTRO DE UN BOLICHE GAY EN ORLANDO, TOMARA REHENES Y MATARA A 50 PERSONAS E HIRIERA A UNAS 53 ESTA MADRUGADA, EN UN HECHO CALIFICADO COMO “UN ATAQUE TERRORISTA NACIONAL” POR LAS AUTORIDADES LOCALES.
El FBI, la agencia que se ocupa de los delitos federales, como el terrorismo, no confirmó vínculos de Mateen con Afganistán, pero si adelantó que están investigando la posibilidad de que el ataque esté relacionado con la violencia islamista.
“En este momento estamos mirando todos los ángulos. Tenemos evidencia que señala que el individuo (por el atacante) podría tener una inclinación hacia esa ideología en particular”, explicó en una conferencia de prensa el sub director del FBI de la oficina en Tampa, Ron Hopper.
Horas antes el jefe de la policía local, John Mina, explicó ante la prensa que el tiroteo comenzó alrededor de las dos de la mañana (3 de la madrugada hora argentina) afuera del boliche Pulse.
El atacante se enfrentó en la calle con varios oficiales de la Policía y luego se metió dentro del boliche, donde en ese momento había al menos 320 personas, según las autoridades.
“Portaba dos armas de fuego y una suerte de artefacto”, precisó Mina, quien además contó que a las 5 de la madrugada la policía consiguió liberar a los rehenes que se refugiaron en el baño, mató al atacante y realizó una explosión controlada sobre el “artefacto”.
Aún no queda claro si el artefacto en cuestión era una bomba.
El club Pulse, situado en el centro de Orlando, publicó en su pagina de Facebook pocos momentos después del ataque un mensaje en el que pedía que todo el mundo saliera del local y corriera.
Una testigo, Rosie Feba, que logró escapar del club junto a su novia, indicó que el tiroteo comenzó cerca de la hora del cierre.
“Ella me dijo que alguien estaba disparando. Todo el mundo se tiró al suelo”, dijo, según la agencia de noticias EFE.
Feba contó también que al principio pensó que “no era real”. “Pensaba que era parte de la música hasta que vi el fuego de su pistola”, agregó.
Medios estadounidenses, como la cadena de noticias CBS, informaron que Mateen habría llamado al 911 antes del tiroteo y declarado su “lealtad al Estado Islámico”, la milicia extremista que domina grandes partes de Irak y Siria.
Además, fuentes de seguridad explicaron que el tirador no estaría en la lista de “presuntos terroristas”, que confecciona Estados Unidos, aunque sí sería un individuo conocido por el FBI, aseguró hoy la emisora CNN.
En medio de la confusión y las versiones encontradas, el gobernador de Florida, Rick Rick Scott, decretó el estado de emergencia (similar al estado de sitio) en Florida y en la ciudad de Orlando “para garantizar todos los recursos del Estado de manera inmediata para las fuerzas de seguridad”.
Scott fue contundente y aseguró que “claramente éste fue un acto de terrorismo”.
El FBI, la agencia que se ocupa de los delitos federales como el terrorismo, no confirmó vínculos de Mateen con Afganistán, pero adelantó que están investigando la posibilidad de que el ataque esté relacionado con la violencia islamista.
Por su parte, el agente especial del FBI Ron Hopper pidió a las personas que acudieron al boliche y lo abandonaron antes de que se iniciara el tiroteo que se pongan en contacto con las autoridades para tener más detalles de los sucedido y aseguró que no pueden clasificar este suceso todavía como un “crimen de odio o terrorista”.
Autoridades políticas, de la policía local y del FBI, responsables de un hospital y un líder de la comunidad musulmana, entre otros, ofrecieron una rueda de prensa para informar sobre la matanza que ha conmocionado a Estados Unidos.
“En este momento estamos mirando todos los ángulos. Tenemos evidencia que señala que el individuo (por el atacante) podría tener una inclinación hacia esa ideología en particular”, explicó Hopper.
El oficial además agregó que el atacante “fue muy organizado y estaba bien preparado” y los medios identificaron el arma semiatutomatica como una AR-15, la misma arma de asalto que dispara 30 tiros por minuto (una versión civil de un arma de guerra) que fue utilizada en el tiroteo dentro de la escuela primaria Sandy Hook en diciembre de 2012 y en el ataque de San Bernardino, tres años después.
El jefe de la policía local, John Mina, explicó ante la prensa que el tiroteo comenzó alrededor de las dos de la mañana (3 de la madrugada hora argentina) afuera del boliche Pulse.
El atacante se enfrentó en la calle con varios oficiales de la Policía y luego se metió dentro del boliche, donde en ese momento había al menos 320 personas, según las autoridades.
Además contó que a las 5 de la madrugada la policía consiguió liberar a los rehenes que se refugiaron en el baño, mató al atacante y realizó una explosión controlada sobre el “artefacto”.
El club Pulse, situado en el centro de Orlando, publicó en su pagina de Facebook pocos momentos después del ataque un mensaje en el que pedía que todo el mundo saliera del local y corriera.
Mateen murió en un enfrentamiento con la Policía, que entró al local para liberar a los rehenes que él había tomado después de disparar en todas las direcciones.
Desde la Casa Blanca, en tanto, informaron que “el presidente pidió recibir informes regulares del FBI sobre la investigación en Orlando”, según un comunicado difundido a la prensa.
“El presidente ordenó al gobierno federal enviar toda la ayuda necesaria para continuar la investigación y apoyar a la comunidad”, agregó el texto.
Obama, que hablará por la tarde, dijo que sus “pensamientos y oraciones están con las familias y los seres queridos de las víctimas”, dice el comunicado.
Sobre las víctimas, un médico del hospital donde fueron llevados los heridos afirmó que hay muchas personas en estado critico y están operando a muchos por lo que se necesita sangre para transfusiones.
El médico instó a la población a hacer “ese regalo”, al igual que el senador republicano Marco Rubio, ex presidenciable, que le pidió a la gente que vaya a donar.
Hasta el momento sólo se identificaron oficialmente a una decena de víctimas fatales que murieron en los hospitales.
Otro de los que salió a hablar fue el padre del supuesto agresor que aseguró a la NBC que el ataque “no tiene nada que ver con la religión” y dijo que su hijo se había enojado al ver a dos hombres besarse hace algunos meses en Miami.
Por su parte, la comunidad LGBT de Estados Unidos está “absolutamente devastada” por la matanza y dijeron que “están destrozados por las víctimas y familias de este horrible acto de violencia. Nos solidarizamos con la comunidad LGBT de Orlando”, publicó GLAAD, una de las principales organizaciones del país a favor de los derechos de los homosexuales.
El presidente de la Sociedad Islámica de Florida, Mohammad Musri, alertó a los medios y a la opinión pública que no deben sacar conclusiones precipitadas tras la masacre y dijo: “Es un suceso terrible, estamos de luto, nuestros corazones están rotos”.
El debate en los medios de Estados Unidos rápidamente inclinó la balanza y vinculo esta masacre con el grupo extremista Estado Islámico, a pesar de la prudencia que se pidió desde algunos sectores.
Inlcuso el senador republicano y presidente del Comité de Inteligencia del Senado dijo este tiroteo muestra similitudes con el ataque al teatro Bataclan de París, que sucedió en noviembre último, y agregó que “la comunidad gay es una objetivo para los islamistas”, subrayó a la cadena CNN.
El viernes pasado la cantante Christina Grimmie, conocida por el programa de televisión The Voice, fue asesinada cuando un hombre abrió fuego después de un concierto en el centro de la ciudad. El tiroteo de hoy es el segundo ataque que se registra en Orlando en poco más de 24 horas.
No se encontraron conexiones entre ambos hechos.