Células madre de cordón umbilical: claves para el dilema de conservarlas o no

UNA DUDA QUE ENFRENTAN HOY MUCHOS FUTUROS PAPAS

Investigadores del CONICET analizan en un reciente libro las falsas promesas y posibilidades reales del nuevo “seguro biológico” para el bebé

Desde que hace unos años comenzaron a difundirse las potencialidades terapéuticas de las células madre de cordón umbilical y aparecieron en el país bancos que ofrecen la posibilidad de conservarlas para tratar una eventual enfermedad, miles de futuros padres enfrentan el dilema de decidir si vale la pena guardarlas o no. Se trata sin duda de una decisión difícil considerando que muchas de esas parejas lo ven como una oportunidad única de atesorar “un seguro biológico” que tal vez en un futuro salve la vida de su bebé. ¿Pero es realmente así?

Conscientes de que alrededor de las células madre de cordón umbilical existen muchas promesas y poca información, un grupo de investigadores del CONICET La Plata se propuso el desafío de reunir todos los datos disponibles sobre el tema para ayudar a futuros padres a tomar esa decisión. Fruto de su trabajo es un libro que analiza los mitos y realidades sobre el uso terapéutico de las células madre en la actualidad, pero también la discusión de fondo que plantean en nuestro país.

Si bien en la sangre del cordón existen tres tipos de células madre, las únicas que poseen hasta hoy un uso clínico aprobado son las hematopoyéticas, que pueden convertirse en células de la sangre y se utilizan para tratar enfermedades como linfoma o leucemia

Como mucho saben, las células madre son un tipo de células más inespecíficas que las del resto del cuerpo y que tienen la capacidad de convertirse en otro tipo de células para salir en defensa de un órgano frente al desgaste o una lesión. Si bien en la sangre del cordón umbilical existen tres tipos de ellas, las únicas que poseen hasta hoy un uso clínico aprobado son las llamadas hematopoyéticas, que pueden convertirse en células de la sangre y se utilizan para tratar enfermedades como el linfoma o la leucemia.

Pero lo cierto es que los otros dos tipos de células madre, aunque no tienen un uso médico aprobado hasta el día de hoy, despiertan grandes expectativas en el campo de la experimentación. De ahí que algunos investigadores creen que en un futuro cercano puedan utilizarse también para regenerar tejidos tan diversos como los del músculo cardíaco, el sistema nervioso o el páncreas, convirtiéndose así en nuevas alternativas para el tratamiento de un sinfín de enfermedades.

CONFUSIONES

“En nuestro país hay mucha gente hablando de células madre de cordón umbilical sin la información necesaria, lo que genera una gran confusión sobre el tema”, explica el doctor Ricardo Dewey, investigador deI Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de Chascomús y uno de los autores del libro, al señalar que “la primera gran confusión pasa por creer que el momento del parto es una chance única para obtener ese material genético en vista de posibles enfermedades que puede desarrollar el bebé”.

“Las empresas que ofrecen este servicio en general no informan que esas células madre no sólo se hallan en la sangre del cordón umbilical; que también se las puede obtener de la médula ósea de los adultos, e incluso en mayor cantidad. ¿Qué ventaja tiene entonces guardar las del cordón? La ventaja está en que son inmunológicamente más inmaduras, una característica importante, aunque no tanto para el propio bebé como para terceros, porque aumenta las chances de compatibilidad. Pero además por el hecho de estar almacenadas, permiten disminuir el tiempo para llegar el trasplante de cuatro meses a un mes y presentan un menor riesgo de ser portadoras de enfermedades infecciosas latentes”, explica el investigador.

La otra gran confusión con el tema tiene que ver con el beneficio real que ofrece hoy conservar las células de cordón pensando en el propio bebé, advierte Dewey. “La posibilidad de que una persona pueda beneficiarse con un trasplante de sus propias células madre hematopoyéticas de cordón es extremadamente baja en la actualidad. De hecho, de las más de 900 mil unidades almacenadas en el mundo sólo un centenar fueron trasplantadas a los propios donantes hasta hoy”.

Como explica el investigador, el hecho de que su aplicación en el propio donante sea tan limitada obedece en gran medida a que sólo se usan hasta ahora para tratar enfermedades de la sangre como leucemia y linfoma; y se supone que si bien al momento de obtener esas células del cordón el bebé podría no haber estado enfermo todavía, ese material posiblemente traiga ya alteraciones genéticas que en caso de usarse llevarían a que, en lugar de curarse, vuelva a desarrollar la enfermedad.

¿Y qué pasa con los hermanos del donante de células de cordón? ¿Podrían servir para tratar eventualmente a alguno de ellos con el conocimiento actual? La respuesta pasa en este caso por una cuestión de compatibilidad. “Las chances de compatibilidad con los hermanos ronda el 25%; es decir que es probable que uno de cada cuatro hermanos del donante pueda eventualmente beneficiarse con ellas. De hecho, hasta hoy en Argentina el mayor número de trasplantes de células madre de cordón se da entre personas emparentadas”, señala Dewey.

LIMITACION O POTENCIAL

Otro mito muy instalado en la comunidad y del que se ocupa el libro es que constituyen un “seguro biológico” para toda la vida. “En realidad los estudios más esperanzadores sobre la vida útil de las células madre indican que éstas podrían permanecer almacenadas hasta 23 años, pero no se ha confirmado aún que resulten viables para un trasplante en humanos. Por otra parte, la cantidad de células madre hematopoyéticas que se obtienen en promedio del cordón umbilical apenas son suficientes para trasplantar a un paciente de alrededor de 30 kilos, lo que puede pesar un niño no mayor de 10 años”, detalla Dewey.

Ya sea porque su volumen resulta insuficiente para un eventual trasplante o porque se contaminaron durante la extracción, “entre un 30 y un 70% de las unidades de sangre de cordón que llegan al banco del Hospital Garrahan –el único público de nuestro país y donde se aplican estándares internacionales porque integra una red mundial- terminan descartándose por resultar inviables para un trasplante. Cabe inferir entonces que un porcentaje similar de las unidades almacenadas en bancos privados tampoco sirvan para aplicaciones similares; sin embargo estos conservan todas las muestras para aplicaciones potenciales”, comenta el investigador.

Justamente por estas cuestiones que analiza el libro es que muchos de los principales investigadores en la materia aconsejan a los Estados sostener los sistemas solidarios por sobre los privados en función de los beneficios que ofrecen hoy para la población. Pero es justo resaltar que en este debate donde se reedita el viejo dilema del derecho privado frente al bien común existe una palabra clave: “hoy”.

Si bien es cierto las células madre sólo sirven hoy para tratar enfermedades de la sangre y su uso autológico es muy limitado en la actualidad, “existe una gran cantidad de trabajos científicos que están explorando con resultados alentadores su potencial para el tratamiento de la diabetes infantil, enfermedades neurológicos en los chicos y parálisis cerebral post parto”, señalan desde la Asociación de Bancos Privados de Células de Cordón al sostener que la decisión de conservar las células madre debe tomarse pensando más allá de una limitación actual. Consiga El Dia.

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