Primera condena por la destrucción de un patrimonio de la humanidad

La Corte Penal Internacional de La Haya sentenció a un yihadista por la destrucción de los templos sagrados en Tombuctú (Mali), delito considerado crimen de guerra.

Por primera vez en su historia, la Corte Penal Internacional de La Haya (CPI) condenó este martes a un acusado por la destrucción de monumentos patrimonio de la humanidad, un delito considerado crimen de guerra.

En una condena sin precedentes, la Sala VIII de la CPI, con sede en La Haya, Holanda, condenó a Ahmad al Faqi al Mahdi a prisión por haber “dirigido ataques de manera intencionada” contra nueve mausoleos de Tombuctú y contra la puerta de la mezquita de Sidi Yahya entre el 30 de junio y el 11 de julio de 2012.

Es la primera vez que la CPI condena a un acusado por destrucción de patrimonio cultural, considerado crimen de guerra en el derecho penal.

Al Mahdi había reconocido su implicación en los hechos, y sus abogados habían negociado que la pena oscilaría entre nueve y 11 años de prisión, en cuyo caso no recurrirían el fallo.

El juez subrayó que “todos estos eran objetivos religiosos, no militares”, lo que constituye un crimen de guerra según los estatutos de la CPI.

Al Mahdi admitió haber ordenado la destrucción intencionada de nueve mausoleos y la puerta de la mezquita de Sidi Yahya en Tombuctú, así como de participar activamente en algunos de esos ataques.

El condenado explicó que, según la interpretación que entonces hacía del Islam, en esos templos tenían lugar prácticas idolátricas que violaban la sharia (ley islámica).

El yihadista, tuareg nacido en una localidad a 100 kilómetros de Tombuctú, fue entregado a la CPI por las autoridades de Níger el 25 de septiembre de 2015, tras una orden de detención emitida por la corte contra él días antes.

Tombuctú, fundada en el siglo V por tribus tuareg, se convirtió en un importante enclave de comercio de caravanas y posteriormente en un gran centro intelectual del islam, que conoció su apogeo en el siglo XV.

Conocida como la “ciudad de los 333 santos”, venera en sus mausoleos una serie de personajes que, según los expertos malienses del islam, están considerados como los protectores de la ciudad y a quienes los creyentes acuden para pedir bodas, implorar lluvia o luchar contra enfermedades.

Estos ritos chocan con la visión fundamentalista del islam, cuyos seguidores intentaron erradicarlos antes de destruir los mausoleos, según la acusación.

En enero de 2012 comenzó en Mali un conflicto armado durante el cual la ciudad de Tombuctú estuvo bajo el control de varios grupos terroristas, incluido Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y Ansar Al Din.

http://www.telam.com.ar/notas/201609/164630-destruccion-patrimonio-templos-sagrados-tombuctu.html

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