Según un informe del diario El País el directorio de la empresa estatal se comprometió con el sindicato a que mantendrá sus dos plantas de fabricación de cemento pero reducirá horas extras, personal de vigilancia y limpieza.
Según informa el mismo diairo la necesidad de equilibrar las cuentas de la división Cemento parece impostergable. Las pérdidas llegaron a US$ 207 millones en la última década y en 2016 se ubicaron en US$ 25 millones. Desde 2004 que los ingresos del negocio son inferiores a los costos.
La propuesta del sindicato fue lograr reservas internacionales para instalar un tercer horno en Paysandú. para incrementar la producción. El gremio también solicita que en las obras públicas sólo se utilice cemento de Ancap y se imponga un arancel externo común del 35 % a las importaciones de ese material llegadas desde fuera del Mercosur.