¿Falta pasto?…¿Hora del nitrógeno?

Nos encontramos en julio. Vemos campos ordenados, que presentan una oferta forrajera acorde a sus necesidades y que no necesitan medidas urgentes para transitar el invierno. También vemos situaciones diferentes, donde el forraje es ahora insuficiente, y que poseen recursos que pueden ser potenciados rápidamente con el aporte de tecnologías de insumos como por ejemplo la fertilización nitrogenada.

Hay campos con avenas sembradas, promociones de raigrás anual, raigrases anuales sembrados, pasturas con producción invernal, campos naturales de invierno con alta presencia de raigrás criollo, que reaccionan fuertemente ante el agregado de nitrógeno, (urea por ejemplo), y es la segunda quincena de julio y primera de agosto, (cuando se empieza a elevar de a poco la temperatura), el momento donde la respuesta en producción de pasto es mayor. Es una manera de acortar el invierno o anticipar la primavera altamente eficiente.

El incremento de forraje que se logra por la fertilización en la época citada, es de aproximadamente 30 kg. de materia seca, (materia seca es lo que queda del forraje una vez que le extraemos el agua), por kilogramo de urea agregada. De modo que si tenemos un recurso que tiene 1000 kg. de materia seca por hectárea, y le agregamos 100 kg. de urea/ha, nos iremos a una oferta de 4000 kg. de MS/ha.

Para que esta tecnología sea eficiente en términos económico– financieros, debemos contar con las categorías vacunas correspondientes, en número suficiente, o, de lo contrario pensar en reservas forrajeras para confección en noviembre.

Cuando fertilizamos con nitrógeno recursos ricos en gramíneas invernales, (avena, cebada, raigrás o algunas pasturas perennes),

debemos esperar un alto crecimiento de las mismas, que puede atentar contra leguminosas si están presentes, (lotus, trébol blanco trébol rojo), que se verían afectadas por el rápido sombreo de las gramíneas.

El peor enemigo de las leguminosas es la sombra, por lo que deberemos manejar el pastoreo de modo de poder mantener un justo balance de la mezcla.

La fertilización fosfatada, (P), altamente necesaria en nuestra zona, es una inversión, ya que quedan remanentes o residuos de P para años venideros.

La nitrogenada, (N), no es inversión sino un gasto, ya que no otorga residualidad, y aporta un gran volumen de pasto para esa campaña de aplicación.

No hay que aplicarla con sequías severas ni con excesos de agua ya que percola o se lixivia a horizontes profundos donde no puede el elemento ser capturado por las plantas.

Ing. Agr. Ignacio Rípodas INTA Dolores EEA Cuenca del Salado

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