El gobierno de Axel Kicillof decidió frenar las jubilaciones de oficio que prevalecieron durante gran parte de la gestión de su antecesora, María Eugenia Vidal, con el objetivo de achicar el déficit del Instituto de Previsión Social (IPS).
La plantilla de beneficiarios del IPS es de casi 300.000 y la idea es que este número no se engrose por decisión del propio Estado provincial. Por eso, el gobierno de Kicillof buscará que los estatales y docentes no cesen ya de sus cargos manera obligatoria al cumplir con la cantidad de años y aportes previsionales requeridos por ley.
La idea de la actual gestión es totalmente contraria a la que mantuvo Cambiemos que intimaba a los agentes y los notificaba para que se acogieran a la jubilación. Algunos números, aunque no oficiales, señalan que Vidal les habría propiciado el retiro a unos 80 mil trabajadores.
“Hace cuatro años había una relación de 3,3 activos por cada pasivo: ahora es de 2,70 agentes en actividad por cada jubilado”, le dijo al diario El Día de La Plata el presidente del IPS, Eduardo Santín.
Por otro lado, desde el organismo señalan que el gobierno de Vidal siguió tomando empleados pero bajo el mecanismo de contratación a través del monotributo, por lo que esos empleados hacían sus aportes al Anses. “Esto profundizó el desfinanciamiento del IPS”, aseguraron.
Con el cese de jubilaciones de oficio, Kicillof buscará achicar el déficit: el rojo del IPS es de unos 25 mil millones de pesos al año. Otra medida que podría tomar Provincia en este sentido es la del pase a planta temporaria de empleados contratados durante la anterior gestión con el objetivo de que empiecen a aportar al organismo bonaerense. Entre ellos habría unos 50.000 trabajadores contando provinciales y municipales (estos también aportan al IPS).
“Hubieron jubilaciones de oficio pero también gente que se retiró apenas cumplió los requisitos, porque se le metió miedo sobre la posibilidad de que se cambiara el régimen previsional. Algo que nosotros no vamos a hacer”, dijeron desde el Gobierno.