Alberto Fernández inaugura las sesiones ordinarias del Congreso

El primer mandatario se presentará este domingo para inaugurar el período 138° de sesiones ordinarias. Expectativa por la reforma judicial, el aborto y la deuda.

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, inaugurará este domingo por primera vez el período de sesiones ordinarias ante un Congreso signado por un verano con muchas sesiones extraordinarias y no exentas de polémicas, como la que terminó con la retirada masiva de la principal oposición el jueves pasado en la Cámara baja.

El primer mandatario volverá así al Parlamento donde el 10 de diciembre pasado recibió los atributos de mando junto a su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Precisamente ella llegará al recinto este domingo a las 11.20, para dar comienzo a la Asamblea Legislativa.

Según el cronograma establecido y la tradición para estos casos, a las 11.30 serán designadas las comisiones de Interior y Exterior, integradas por diputados y senadores de todas las bancadas, quienes serán los encargados de recibir al presidente a su llegada al Parlamento, por la entrada de la avenida Entre Ríos.

A continuación se hará un cuarto intermedio, hasta la llegada del presidente, prevista para las 11.50. Fernández tomará contacto con la Comisión de Recepción de Exterior; luego pasará al Salón de las Provincias, donde lo espera la Comisión de Recepción de Interior. Ya en el Salón Azul, Fernández cumplirá el ritual de firmar el libro de honor, tras lo cual verá el ejemplar de la Constitución Nacional allí exhibido, y pasará inmediatamente después al recinto, donde a partir de las 12 dará su discurso.

No ha trascendido la extensión del mismo, aunque se estima que no durará menos de una hora, en cuyo transcurso el presidente hará un repaso del estado de la Nación, a tres meses de haber asumido en el cargo. Se descuenta que habrá importantes referencias a “la herencia recibida”, si bien en campaña AF dijo varias veces que no se quejaría por lo que fuera a encontrar. No se descarta que ya con 81 días en el ejercicio del gobierno vaya a usar el argumento de que encontró un país “mucho peor de lo que esperaba”.

La deuda externa que este Gobierno le atribuye en gran medida a la administración Cambiemos se espera que lleve un importante espacio del mensaje presidencial. Ya fue uno de los ejes del discurso inaugural del 10 de diciembre, lo será nuevamente esta vez, aunque no vayan a brindarse mayores precisiones sobre las negociaciones que se acelerarán en este mes de marzo. Habrá que estar atentos al rictus de la vicepresidenta, sentada a la izquierda del mandatario y quien ya ha hablado varias veces sobre el tema de la deuda y tiene una visión más drástica que la del propio Alberto Fernández.

Otro espacio importante del mensaje presidencial estará dedicado a la reforma judicial que esta última semana el presidente confirmó que mandará al Congreso esta semana. Sobre el tema el Ejecutivo trabajó todo el verano, luego de que Fernández la anunciara en su primer discurso ante el Parlamento. “La Justicia necesita una revisión. Llegamos a un punto en el que las cosas no están funcionando bien. La Justicia, en términos económicos, se aleja del resto de la Argentina”, dijo el viernes el presidente. Palabras que muy probablemente se repitan este domingo.

El tema judicial cuenta con el antecedente de la modificación del sistema jubilatorio de la Justicia, aprobado por la Cámara baja el jueves pasado y que el Senado buscará convertir en ley a partir de la próxima semana. El tema terminó distanciando al oficialismo y la principal oposición y generó un escándalo el jueves, por la presencia considerada “irregular” por Juntos por el Cambio del todavía diputado Daniel Scioli. Ese tema generó enojo en una oposición que viene analizando el tipo de relación que piensa adoptar con el Frente de Todos, y donde halcones y palomas buscan el equilibrio justo para relacionarse con Alberto Fernández. Claramente el episodio del jueves no ayudó, pero ya había complicado el rechazo del bloque oficialista a introducir un artículo que sirviera para contrarrestar la sensación de que el Gobierno busca lograr con este proyecto un vaciamiento de la Justicia.

Así es que Gobierno y oposición llegan a la apertura de sesiones ordinarias con un antecedente negativo. Incluso en el seno de Juntos por el Cambio se sabe que llegó a analizarse la posibilidad de expresar ese rechazo ausentándose masivamente en la sesión de este domingo, pero la sangre no llegó al río y se decidió no proceder de manera extrema tan anticipadamente.

Lo cual no implica que el discurso de Fernández no tenga su cuota de dureza para con la oposición. No es algo que se prevea, pero lo cierto es que el presidente se mostró particularmente crítico esta última semana con la oposición, por el tema de las jubilaciones de privilegio, por un lado, y al referirse a las entidades del campo, que definió sin ambages como “opositoras”.

Precisamente la cuestión de la agroindustria es otro de los temas que genera gran expectativa, pues había trascendido anticipadamente que el presidente anunciaría un aumento de las retenciones. Finalmente se acordó entre la Rosada y las entidades del campo que no habría anuncios en ese sentido este domingo, lo cual no implica que no vaya a suceder en los próximos días.

Otro de los temas esperados del discurso del mandatario tiene que ver con la cuestión del aborto. El Poder Ejecutivo avanzará con el proyecto y tal vez el presidente brinde esta vez más precisiones en cuanto a cuándo se hará el envío del proyecto al Congreso, y sobre todo habrá detalles del tipo de propuesta que está en elaboración, contemplando no solo la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, sino también la asistencia de los bebés cuyas madres no quieran tenerlos pero no deseen abortar.

El presidente agradecerá sin dudas al Poder Legislativo por la aprobación de leyes concretadas durante el período extraordinario, y citará entre otras las leyes de góndolas, la designación de la defensora del Niño, Niña y Adolescentes, la reforma de las jubilaciones de privilegio y las emergencias aprobadas en diciembre pasado. Le pedirá seguramente al Congreso una relación racional que deje de lado grietas. En ese objetivo incidirá el modo como vaya a referirse a la gestión anterior en general y a la oposición en particular. (Parlamentario).

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