“En esta etapa, la pandemia debe convivir con el restablecimiento de la atención de otras enfermedades”, dijo el director provincial de Hospitales, Juan Riera.
Las cifras alentadoras respecto a la caída de los contagios de coronavirus trajeron alivio en el sistema hospitalario. Esta semana, el Gobierno provincial dio a conocer que el 68% de los establecimientos públicos y privados no reportó nuevas internaciones en un mes, lo que tuvo también su impacto en los fallecimientos: un total de 91 distritos no reporta muertes por Covid-19 en las últimas dos semanas.
En ese marco, y tras meses de angustia e incertidumbre por la tensión en el sistema de salud, la nueva realidad presenta otros desafíos. En diálogo con DIB, el director provincial de Hospitales, Juan Riera, dijo que la mira está puesta ahora en “atender las secuelas poscovid”; así como también en “dar prioridad al control de las enfermedades crónicas no trasmisibles” que se han agravado con la pandemia, y en restablecer las intervenciones programadas.
“Las internaciones por coronavirus siguen bajando de forma progresiva. Hay muchos hospitales sin internados por Covid-19 y son cada vez más. Ahora se van ocupando las camas por otras patologías y eso viene a compensar la necesidad de atención de otras enfermedades que no pudieron ser abordadas durante los picos de la primera y segunda ola”, dijo el funcionario bonaerense.
“Este panorama epidemiológico tiene que ver con el avance de la vacunación, que cada vez cubre a mayor porcentaje de la población y eso nos da una seguridad respecto de todas aquellas personas que requerirían internación, quienes ahora si se contagian, cursan la enfermedad de forma leve”, planteó.
“Ahora vamos a convivir con una nueva situación epidemiológica en la que el Covid no desapareció pero en la que también tenemos que atender todas aquellas patologías postergadas”, consignó.
¿Cuáles son los desafíos de ahora en más?
Estamos haciendo foco en los pacientes que presentan alguna secuela poscovid, que requieren ser asistidos y tener un seguimiento; estamos mirando las cirugías que se pospusieron y que requieren ser atendidas porque en algunos casos por la demora en las consultas de las personas, los cuadros se han agravado. Por otro lado, hay que acelerar las coberturas de los programas para las enfermedades crónicas no trasmisibles, como diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares y neurológicos, entre otros. Estamos con una política activa que requiere ir a buscar a esos pacientes. También, incluso, en lo que respecta a la vacunación de Calendario, que bajó la cobertura durante la pandemia.
¿Qué es lo que están viendo en los hospitales respecto a las secuelas?
Mayoritariamente las secuelas son respiratorias, como disnea o tos crónica. Pero también se ven algunas secuelas neurológicas u otras más generales, por ejemplo una astenia crónica, que es un decaimiento de la persona de manera prolongada y continúa. Son distintos tipos de secuelas las que vamos viendo, que deben ser seguidas por un equipo interdisciplinario.
¿Se presentan con frecuencia este tipo de casos?
Sí, tal es así que los pacientes leves incluso pueden tener secuelas, pacientes que no fueron internados. Las más frecuentes, de todas maneras, se dan en personas que han tenido internaciones prolongadas en terapia intensiva. Como el número de pacientes que se contagiaron es muy importante, la cantidad de pacientes con secuelas también es una cantidad considerable. En consecuencia, la Provincia instituyó un programa poscovid para hacer un seguimiento de estos casos y se está trabajando en eso.
¿Cuál es el perfil de las personas que hoy están internadas?
La inmensa mayoría son personas que no están cubiertas por la vacunación o que no habían desarrollado la inmunidad de la primera dosis por no haber cumplido los 14 días. Personas cubiertas con vacunas y con el tiempo suficiente para haber desarrollado inmunidad no son las que ocupan hoy las camas de terapia intensiva.
¿Cómo está la infraestructura hospitalaria?
El sistema de salud se reforzó fuertemente con la pandemia. Se distribuyeron recursos, tanto humanos como en infraestructura y equipamiento. Entraron más de 11 mil trabajadores al staff profesional, se triplicaron las camas de terapia intensiva, se hicieron ocho hospitales modulares y se reacondicionaron áreas hospitalarias. Se hizo un enorme esfuerzo y grandes inversiones, pero veníamos de un piso muy bajo. La cantidad de profesionales no era la adecuada. De hecho, durante los últimos cuatro años no se habían cubierto las plantas que habían quedado vacantes por bajas y jubilaciones. Ahora, queda muy fortalecido en sus estructuras de docencia e investigación. Pero todavía queda mucho por hacer: hay deterioro en la infraestructura de los hospitales de muchísimos años, hay que invertir en tecnología también. Vamos a seguir trabajando para seguir mejorando el sistema de salud de la provincia para que pueda cubrir las necesidades de todos los bonaerenses.
¿Cuáles son esas necesidades?
Tenemos que garantizar y mejorar el acceso a partir de los nuevos paradigmas que presenta la salud: como es pensar un sistema de salud en el marco de la diversidad, inclusivo y garante de derechos. Tenemos una fuerte apuesta a la desmanicomialización para que las personas con padecimientos de salud mental puedan transitarlos en un nuevo proceso de atención que no necesariamente tenga que ver con el asilo en instituciones. Son los nuevos desafíos que enfrenta la salud pública y para eso tenemos que repensarla en el marco de un sistema integrado. La pandemia nos mostró que es la mejor solución, ningún bonaerense se quedó sin camas de atención porque se integró el sistema de salud en una sola línea. Y ese es el desafío que tenemos por delante.
(DIB) MCH