El veneno de las drogas: otra pandemia, más silenciosa y mortal

El caso de la cocaína adulterada puso el foco en las adicciones, un flagelo del que se habla poco y mal. Detrás de la tragedia de Puerta 8, una oportunidad para tomar conciencia y visibilizar esta enfermedad crónica y social

La muerte de más de una veintena de personas -muchas de ellas en simultáneo y en la calle con escenas dignas de una película apocalíptica- a raíz del envenenamiento masivo por cocaína adulterada, sacó a la luz otra pandemia, más antigua y más mortal que el Covid-19: la adicción a las sustancias.

El doctor Aldo Saracco, presidente de la Asociación Toxicológica Argentina, lo expresó claramente. “Es un error hablar de cocaína envenenada” porque no se puede hablar de “veneno envenenado”, en tanto, “todas las drogas tienen un efecto dañino sobre la salud, por eso son prohibidas”.

Ni de las malas, ni de las buenas. La droga envenena y, en el peor de los escenarios, mata. Y lo sucedido en Puerta 8 es “lo que sucede constantemente, nada más que este caso tuvo el impacto de que fue todo junto”, manifestó Hernán Ruiz, uno de los fundadores de la comunidad terapéutica platense “Darse cuenta”, en diálogo con EL DIA.

Para Ruiz, que desde hace 25 años está al frente de esta comunidad que lucha contra el consumo de sustancias, el foco de la noticia está corrido y va más allá de la adicción en sí.

“Uno tiene que tener conciencia que la droga mata más allá de una situación específica, como la que hoy están mostrando (el envenenamiento). Nos encontramos con una carencia del Estado, de lo que se necesita para poder sobrellevar esta situación tan complicada que estamos viviendo a nivel social, en donde la gente no tiene a dónde recurrir”, manifestó.

Según informó, en la actualidad la comunidad recibe alrededor de diez llamadas por día de personas que manifiestan la intención de comenzar a tratar la adicción a alguna sustancia. Sin embargo, “solamente uno o dos tienen la capacidad de poder hacerlo porque no tienen las condiciones económicas, ni sociales, ni el apoyo para iniciarlo”.

Las personas que llegan a la instancia del llamado, “transmiten que anteriormente han pasado por tratamientos que ofrece la Sedronar (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina) 3 ó 4 veces y que no encuentran en ese estilo de tratamiento una solución”, lo que los ha llevado a volver a consumir.

Entre los problemas habituales a los que una persona adicta -y su familia- se enfrentan a la hora de encarar un tratamiento de rehabilitación, Ruiz mencionó la negativa de las obras sociales para prestar la cobertura, la falta de acción y voluntad de la Justicia para obligarlas y la ineficiencia de los tratamientos estatales que buscan “reducir daños y costos” sin tratar el problema de raíz.

En este sentido, remarcó que “es un momento bisagra para que el Estado se dé cuenta de que tiene que apoyar a todas las instituciones, de que tiene que empezar a haber una conciencia de que no es sólo que consuman un poco menos, sino que realmente puedan entender que tienen que cambiar, y que tienen que dejar el consumo para poder empezar a vivir una vida distinta”.

“Darse cuenta” -que fue cofundada entre Ruiz y Horacio Salomón- comenzó su camino el 17 de octubre de 1996 y, desde entonces, lucha contra la estigmatización de las personas con problemas de adicción en su predio ubicado en 60 y 167, en Los Hornos. Con distintos abordajes terapéuticos, educación y formación profesional, “guían” a las familias en el proceso de rehabilitación de la adicción, una enfermedad crónica.

ENTRE LA OBSESIÓN Y LA COMPULSIÓN

Paula Constantini, directora técnica y psicóloga de la comunidad, explicó que “la adicción es una enfermedad dependiente hacia una sustancia, objeto o persona, donde el vínculo está marcado por una necesidad”, en la que intervienen dos componentes “la obsesión por conseguirlo y la compulsión que lo lleva a no dejar de hacerlo”.

Esta compulsión a la que se refirió la profesional platense podría explicar el motivo (inentendible para muchos) por el que algunas de las personas que estuvieron internadas en grave estado por consumir cocaína adulterada días atrás volvieron a hacerlo tras recibir el alta.

En este sentido, la psicóloga y especialista en adicciones, Andrea Douer, sostuvo que los “pacientes saben que la cocaína está adulterada y no les importa” cuando “la adicción está instalada”. Esto se da porque “consumen sin tener en cuenta qué se meten en el cuerpo”. La necesidad es más fuerte.

Las noticias sobre los reingresos de personas a hospitales por haber vuelto a consumir generaron diferentes reacciones en las redes sociales, entre burlas, insultos y pedidos de castigo para las personas adictas.

“La mitad de la sociedad está haciendo memes y la otra mitad pide matar a los que consumen”, afirmó, en este sentido, la titular de la Sedronar, Gabriela Torres, y llamó a no “discriminar” ni “frivolizar” a las personas adictas, en tanto, se trata de “un problema de todos”.

Para la funcionaria, “los problemas de consumo son problemas de personas, no de sustancias. Personas que padecen y que se relacionan problemáticamente con estas sustancias”. Y diferenció estos consumos del “delito del narcotráfico” que “es otra cosa”.

Torres anticipó que para este año está previsto que el Observatorio Argentino de Drogas -que pertenece a la Sedronar- junto con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), realice una encuesta nacional de consumo, en la que se buscará recabar información sobre qué y por qué se consume.

Según datos del Presupuesto Abierto del Ministerio de Economía de la Nación, la Sedronar recibió el año pasado una partida presupuestaria de $4.569,86 millones. Entre sus tareas, “se encarga de investigación, prevención, atención y acompañamiento a personas” con problemas de acción, según la funcionaria.

ABRIR EL DEBATE

Tras lo sucedido en Puerta 8, el jefe de Toxicología del Hospital Fernández, Carlos Damin, afirmó que reciben “entre 300 y 400 intoxicados de cocaína por año” sólo en ese centro sanitario porteño, dando cuenta de una situación que no es extraña. Y Alicia Romero, una de las fundadoras de Madres contra el Paco, dijo en la misma línea que desde 1991 vienen denunciando la adulteración de la cocaína que se comercializa en el país.

PEDIDO DE REFLEXIÓN: DESDE PROFESIONALES HASTA FAMOSOS

Frente a esta situación conocida, pero que ha impactado por las características particulares de masividad y simultaneidad, varios fueron los llamados a reflexionar y actuar que llegaron de boca de profesionales, instituciones y personas que han tenido problemas de adicción, entre ellos, varios famosos.

A través de un vivo de Instagram, Gastón Pauls, que tiene un pasado oscuro con las drogas, se refirió con dureza a esta situación.

“La droga es una mierda, lo saben todos. Se habla de la droga adulterada como si la droga en sí no matara, no seamos caretas. Hay droga adulterada todos los días, en todos los rincones, pasa que no es noticia y nadie lo cuenta. Ahora se habla de esto porque está en la agenda, pero no nos tenemos que olvidar que si mañana aparece una noticia que venda más, esos pibes van a seguir muriendo porque hay droga adulterada todos los días, en todos los rincones y no una vez por año”, manifestó el actor.

Pauls, que conduce por Crónica TV “Seres libres”, uno de los pocos programas de la tevé de aire que aborda la temática, se refirió a la polémica declaración de Sergio Berni, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, tras conocerse la noticia del “envenenamiento”: “En este momento estamos tratando de ubicar la sustancia tóxica para sacarla de circulación. Es importante la promoción de lo que está pasando por parte de los medios para advertir a quienes hayan comprado droga en las últimas 24 horas. Tienen que descartar lo que compraron”.

Indignado, Pauls manifestó que “se le pide a los adictos que no compren o no tomen por unas horas, pero para el que consume eso es una boludez. Lo va a seguir haciendo porque en la adicción, uno fuma y se toma lo que sea”.

En este sentido, dijo haber sido testigo de “gente del medio raspando la pared para meterse cal y pintura por la nariz. Es ridículo pedirle a un adicto que no consuma porque no le interesa lo que se está metiendo. Se pone sustancias tóxicas diariamente”.

Pauls, que se definió como un “adicto en recuperación”, remarcó que parte de la solución del problema está en la prevención. “Hagámonos cargo de la prevención porque sino esto estalla”, remarcó.

La que también se refirió a lo sucedido fue Marina Charpentier, madre de Chano (quien se define como un adicto en recuperación), quien remarcó que “estas drogas adulteradas son veneno sobre veneno” y advirtió que “la Argentina es un país adicto que niega lo que le pasa y consume a sus pobres”.

En el mismo sentido se manifestó la actriz Andrea Rincón, que también tuvo problemas con las drogas. Según dijo en declaraciones televisivas, “esto es algo que sucede diariamente. Diariamente hay chicos que se están muriendo por esta enfermedad, que hay que llamarla como tal, una enfermedad que golpea fuerte todos los días y cada vez más. Por eso me parece que, si bien esto es una tragedia, hay que aprovechar para tomar conciencia como sociedad, para visibilizar y para empatizar con las personas que están atravesando esta enfermedad”.

Según Rincón, “hay más de 20 muertos todos los días” por problemas con las drogas, y aunque castiga con más fuerza en sectores vulnerables, nadie está exento porque, manifestó la actriz, “la droga no distingue sexo, no distingue religión, no distingue nada. La droga es el diablo en persona. Y es el infierno”.

QUÉ PASÓ

El consumo de cocaína adulterada en la provincia de Buenos Aires, que llevó a las autoridades a declarar la alerta epidemiológica, provocó al menos 24 muertos y decenas de personas debieron ser internadas por intoxicación, muchas de ellas en estado grave.

Algunas personas fallecieron en la vía pública y en domicilios particulares sin llegar a recibir asistencia en los hospitales.

Las personas que ingirieron cocaína adulterada fueron internadas en hospitales de San Martín, Tres de Febrero, Tigre, General Rodríguez, Moreno, Morón, Ituzaingó, Hurlingham, San Isidro, Vicente López y Merlo.

El ministro de Salud bonaerense Nicolás Kreplak describió este cuadro como “una sobredosis de opioides, como si fuera una sobredosis de heroína que no era lo que estaban consumiendo y tiene una gravedad muy grande porque puede producir un paro respiratorio”.

Compartir este artículo