Fue en el marco del discurso que brindó en la localidad de Ensenada. Con mucha militancia presente y gran concurrencia de dirigentes del Frente de Todos, ignorando que en pleno discurso se oficializaba la renuncia del ministro Martín Guzmán.
Es muy habitual que la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, lance en sus discursos fuertes críticas contra la política económica de esta gestión. Pero es difícil que dé nombres propios. Y esta vez sí mencionó a Martín Guzmán. Aunque aún no sabía que el ministro de Economía renunciaba. Hablaba en ese momento de Carlos Melconian y la reunión que mantuvo con él, y en ese marco señaló que con el economista tuvo una coincidencia sobre la economía bimonetaria.
“No es poca cosa”, deslizó ella, enfatizando que ella fue quien comenzó a impulsar lo de que ese es el problema mayor que tiene la economía, y ahí señaló: “El (por Melconian) no está tan convencido de eso; piensa más parecido a Guzmán sobre el déficit fiscal, pero bueno: opiniones son opiniones”.
Esa fue la referencia que hizo sobre el renunciante ministro de Economía, aunque como la noticia estalló como una bomba en pleno discurso, ella no alcanzó a hacer ninguna referencia al tema.
Sí habló mucho de Juan Domingo Perón, pues el acto era en homenaje al General, y de él habló de punta a punta Cristina. Contó que no lo había leído mucho. “Más lo observaba; a los políticos no hay que mirar lo que dicen o escriben, sino lo que hacen”, señaló.
Comentó que antes del acto había recogido un libro de su esposo sobre Perón que tenía en la biblioteca y refirió que se lo había regalado Julián Domínguez, actual ministro de Agricultura. “Vos se lo regalaste”, le dijo Cristina al extitular de la Cámara de Diputados, precisando que había elegido algún párrafo que tenía señalado Néstor Kirchner, como el de la página 73, titulado “Persuación con hechos”.
“Yo no persuadía a la gente con palabras, porque las palabras poco persuaden. Yo la persuadí con hechos y con ejemplos”, decía Perón.
“Y me pongo a pensar en ese perón, cómo fue la génesis de esa construcción política que hizo perón, que era un integrante del Partido Militar, que había derrocado a Yrigoyen en el 30. Lle´go con la revolución del 43, cuando se quiso evitar el fraude patriótico de Patrón Costa. Perón formaba parte de esa logia de militares, el GOU… ¿Y cómo construye el poder? Pide ir al Departamento Nacional del Trabajo, al que no conocía ni el gato…”.
“Eso era en junio; en noviembre consigue transformarlo en la Secretaría de Trabajo y Previsión, y ahí cazó la lapicera y no la largó más. Cazó la lapicera y entró a firmar -precisó Cristina-. ¿Y qué firmó? El Estatuto del Peón Rural, derechos que los peones no querían… Se ganó el odio eterno de la oligarquía terrateniente argentina”.
Recordó luego que Perón “firmó el aguinaldo, por ejemplo, las vacaciones; reconoció las Asociaciones Profesionales; los sindicatos, fundó la Justicia del Trabajo… Se la pasó firmando, firmando y firmando. Tanto firmó el hombre, que comenzó a haber en el Partido Militar preocupación con este hombre. Hubo un movimiento tectónico en ese momento y termina de vice de Farrell, ministro de Guerra también, y pidió retener la Secretaría de Trabajo y Previsión. O sea, la lapicera no la largó, la mantuvo”.
Fue una réplica directa al presidente Alberto Fernández, que el jueves había dicho que “el poder no pasa por la lapicera, sino por quien tiene el poder de convencer. Perón nunca necesitó de una lapicera”.
Luego hizo referencia Cristina al encarcelamiento de Perón. “¿Y saben qué le decían los patrones a los trabajadores? ‘El aguinaldo andá a pedírselo a Perón’. Y bueno, fueron. Así se hizo el 17 de octubre”, evocó la expresidenta.
Perón llegó a la presidencia de la Nación. “Y siguió firmando”, remarcó CFK, destacando los emprendimientos y derechos que habilitó el General con su firma, concluyendo entonces: “Creo que es importante que entendamos la mecánica de la construcción del poder del peronismo, y por qué fue tan atacado. Porque usaba la lapicera en función del pueblo. Por eso lo atacaron”, precisó.
“Por eso lo metieron preso; por eso después los bombardeos en la Plaza”, agregó la vicepresidencia, para puntualizar luego que “el primer acto terrorista que tuvo la Argentina fue el bombardeo a la Plaza. Nunca había habido casos en que la gente fuera bombardeada por sus propias Fuerzas Armadas”.
Sostuvo la exmandataria que “el peronismo es la construcción del poder desde el campo nacional y popular. Ese necesario que todos comprendamos lo que es el ejercicio del poder, cuando el pueblo embiste ese poder”.
Con todo, señaló luego que “con todos los problemas que tiene la gente, no quiero convertir este encuentro en una exégesis del peronismo”. Y precisó luego que “necesitamos también superar en la Argentina ese odio irracional del que fue objeto y sigue siendo objeto el peronismo”.
“Yo creo que con los problemas que tiene la sociedad, tenemos que superar un poco eso que viene del fondo de la historia, pero que a partir del peronismo ha tomado un volumen y agresividad que no es buena para nadie”, dijo.
Se remontó a continuación al documento que difundió el 17 de octubre de 2020. “En una parte yo hablaba del problema de la inflación y la economía bimonetaria, y la necesidad de un gran acuerdo entre todas las fuerzas políticas para abordar este problema que es grande en serio, que destruye las vidas de las personas”.
Luego ensalzó a “mi amigo Carlos Zannini”, al que calificó como un “gran funcionario”, asegurando que como procurador del Tesoro había sido el que destrabó el gasoducto Néstor Kirchner. “Lo teníamos atrancado, no iba ni para atrás ni para adelante”, dijo, aclarando que no iba a decir en qué dependencia había quedado trabado, pero Zannini logró revertirlo, e ironizó: “¿Vieron? Hay funcionarios que funcionan. Hoy estoy positiva”.
La referencia a Zannini era para indicar que él le había transmitido un pedido de la titular de la Fundación Mediterránea, Pía Sartori, y Carlos Melconian para reunirse, y ella aceptó.
“Está claro que Carlos Melconian no piensa como yo, ni yo como él. Pero a mí me gusta escuchar a todos, porque a lo mejor estoy equivocada, no va a ser la primera vez que me convencen y hago lo que no pensaba hacer. Y fuimos a una reunión muy buena”, contó.
Reprochó de paso que cuando se conoció lo de la reunión, “le dijeron de todo, los del otro lado, al pobre Melconian. Lo mataron, lo agredieron, violento… En serio, ¿piensan que de esa manera se puede construir un país?”.
Ahí fue que hizo la referencia a la coincidencia que tuvo con Melconian sobre la economía bimonetaria, pero sobre la inflación volvió a hacer referencia al déficit fiscal. Y puso un nuevo ejemplo en favor de su teoría de que el déficit fiscal no genera inflación. Señaló que los países de la Unión Europea tienen muy rígidas estructuras y una de ellas es el techo de déficit fiscal: ningún país puede tener un déficit fiscal superior a 3 puntos del PBI. “Quiere decir que hasta 3 puntos pueden tener déficit”, concluyó, para justificar entonces su teoría de que el déficit no es algo tan “demoníaco”.
“Tenemos que animarnos a discutir en serio y encontrar cuál es la verdadera causa de este problema que asiste a los argentinos”, sugirió, refiriéndose luego a la “corrida” que tuvo el Gobierno la última semana. “Desde el año 72 hubo en la Argentina más de 54; yo en mis dos mandatos tuve 11 corridas bancarias. La más persistente entre las PASO de 2011 y la general. Y si uno observa el cuadro, desde 2003 a 2019, se producen fenómenos: mientras no hay regulación cambiaria, hay formación de activos en el exterior, pero no brecha cambiaria. Ahora, cuando viene la regulación monetaria, ya baja la formación de activos en el exterior, pero sube la brecha. Porque el problema de la escasez de dólares no tiene nada que ver. Es inconsistente vincular el déficit fiscal en pesos con la escasez que tiene la Argentina. Es hora de empezar a discutir en serio esto”, señaló, aclarando que ella no es “apologista del déficit fiscal”.
Detalló que Brasil, desde su independencia, defaulteó la deuda 9 veces. Nosotros 8. Y los procesos de inflación fueron muchísimo más fuertes allá que en Argentina. Sin embargo allá todo es en reales”.
Recordó a continuación que después de Estados Unidos, el país donde más dólares hay es en Argentina: 1.300 por habitante”.
“Creo que tenemos que comenzar a discutir en serio estas cosa y no hay posibilidades de solución si no hay un gran acuerdo respecto de determinadas normas, entonces un instrumento que vuelva a colocar una unidad, una cuenta, una moneda de reserva y una moneda de transacción en la República Argentina. Si no hacemos esto, estamos sonados, venga quien venga”, concluyó.
Se refirió entonces a la gestión de Cambiemos: “Cuando vino una gestión exactamente en las antípodas, lo contrario en todo, se volvió a producir el mismo problema. Con una diferencia: ahí la formación de activos en el exterior era en dólares que se le sustraían a la economía, pero no eran por endeudamiento”.
Cristina sostuvo que “estas cosas son las que tenemos que discutir y charlar en la Argentina. Y creo que tenemos que hacerlo porque la situación de la Argentina es muy grave. La de nuestra gente, la del endeudamiento; todos saben quiénes lo hicieron, resulta muy triste ver conspirar contra el país, contra los argentinos; tratar de generar problemas en la economía, porque esto va a repercutir en todos, porque nadie va a ganar”.
A continuación aclaró Cristina Kirchner que se reunirá con quien se tenga que reunir, “en tanto y en cuanto sea para explicar nuestros fundamentos y tratar de persuadir al otro también. Yo no reniego nunca a convencer”.
Qué hacer con los planes sociales
A continuación se refirió a su discurso en Avellaneda. “La verdad que cuando fui presidenta, era un deporte nacional por parte de los medios hegemónicos hacerme decir cosas que yo no había dicho. Pero veo que esta costumbre ha sido adoptada por algunos otros integrantes de nuestra propia fuerza que me quieren hacer decir cosas que yo no dije”.
Aclaró entonces que cuando se refirió concretamente a las políticas sociales, había hablado de tres fenómenos: “No debíamos tercerizar la política; que debíamos acabar con las altas y las bajas que las decidiera cualquier dirigente barrial y no el Estado; y que el Estado recuperara el dominio y potestad estatal sobre las políticas sociales”.
Se quejó porque la insultaron con ese tema, diciendo que les querían sacar los planes a los pobres. Por el contrario, sostuvo que “cuando llegamos al Gobierno en 2003, el Plan Jefes y Jefas, que había creado Duhalde, y lo había creado bien, ascendía a 2.200.000 personas”.
Luego, con la AUH, se llegó a 4.300.000 niños y niñas. “Hoy la Asignación Universal por Hijo representa el 0,52% del PBI y beneficia a 4.300.000 mil niñas y niños cuya madre y padre no tienen empleo formal”.
Citó luego el plan Potenciar Trabajo, que agrupa a 1.345.755 beneficiarios adultos y representa el 0,40% del PBI.
Aclaró que no venía a hacer prontuario de nadie, sino que sostenía que era necesario reasignar los recursos más inteligentemente. “Porque si hay 7.700.000 trabajadores informales en la Argentina, ¿por qué reciben solamente un ingreso extra 1.345.000 y no los 7 millones. Esta es la pregunta que nadie me puede responder. Y tenemos que superar esto porque divide al campo nacional y popular”.
Por eso se mostró dispuesta a avanzar con el salario básico universal.
Afirmó luego que “la gran discusión que viene en el mundo no es acerca del capitalismo, sino de quién conduce el proceso capitalista, porque el capitalismo que conduce el mercado, las corporaciones, produce exclusión, transferencia de ingresos; pero hay otro capitalismo que conduce el Estado y planifica… Y no soy pro China. Ese capitalismo incorporó a 800 millones de personas al proceso capitalista. Tenemos que entender quién conduce, y esto es Perón puro, que decía que el proceso capitalista lo tiene que conducir el Estado. La tercera posición, equidistante de esto es una concepción superadora”.
“Es otra cosas; presupone la existencia del Estado y del ser humano y la sociedad organizada en pos de un objetivo común. El peronismo fue precursor aquí en la República Argentina”, afirmó, para preguntarse a continuación “qué nos pasó, argentinos, que en 50 años los que comían corteza de los árboles y araban la tierra con bueyes, son la primera economía y la primera potencia del mundo?”.
Cristina concluyó estimando que “es hora de convocar al resto de la sociedad a hacer algo diferente, porque hacer lo mismo no va más. Por eso quería hoy hacerle este homenaje a Perón. Vuelvo a repetir: el mejor homenaje que le podemos hacer es ver lo que hizo y tratar de acercar el bochín un poquito”.