El 30 de octubre de 1983, Raúl Alfonsín fue elegido presidente tras siete años y meses de dictadura militar. En múltiples sentidos, aquella jornada marcó un antes y un después para la historia argentina y su sistema político.
Políticos, gobernadores y diputados de distintos espacios celebraron hoy el aniversario 39 del triunfo en las urnas del expresidente Ricardo Alfonsín, que marcó el retorno a la democracia, y destacaron el legado del líder de la Unión Cívica Radical (UCR) que recuperó “la paz y la dignidad”.
El recuerdo de Gerardo Morales.
En las elecciones presidenciales de Argentina de 1983 fue elegido presidente de la Nación Raúl Alfonsín, de la Unión Cívica Radical, venciendo a Ítalo Luder del Partido Justicialista. Así, se nició el ciclo democrático más largo de la historia argentina, luego de una serie de golpes de Estado, que interrumpieron todas las experiencias políticas sin permitir alternancias constitucionales, desde 1930.
El gobierno constitucional que asumió el 10 de diciembre de 1983 puso fin a la última y más sangrienta dictadura argentina, que había virtualmente colapsado luego de la Guerra de las Malvinas del año anterior.
Los comicios se realizaron bajo el texto constitucional de 1957, impuesto durante la dictadura militar autodenominada Revolución Libertadora, que establecía el sufragio indirecto y un mandato presidencial de seis años sin posibilidad de reelección inmediata.
La elección se polarizó entre los dos partidos políticos tradicionales de la democracia argentina, la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Justicialista (PJ), los que sumados obtuvieron casi el 92% de los votos, mientras que la tercera fuerza sólo obtuvo el 2%.
Fue la primera derrota del Partido Justicialista. Alfonsín debió enfrentar dos sublevaciones militares y no pudo finalizar su mandato debido a que “resignó” su cargo cinco meses antes, el 8 de julio de 1989, en medio de una crisis hiperinflacionaria.
No fue sucedido por el vicepresidente Víctor Martínez, sino por el presidente sucesor ya electo Carlos Menem.
La reforma constitucional de 1994 (cláusulas transitorias 9.ª y 10.ª) estableció que el mandato legal de Alfonsín finalizó el 8 de julio de 1989.
Alfonsín ganó en 16 de los 24 distritos electorales (Buenos Aires, Capital Federal, Catamarca, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Pampa, Mendoza, Misiones, Neuquén, Río Negro, San Juan, San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur), mientras que Luder triunfó en ocho (Chaco, Formosa, Jujuy, La Rioja, Santa Cruz, Salta, Santiago del Estero y Tucumán).
Ya pasaron 39 años.
“Y si alguien distraído al costado de camino cuando nos ve marchar, nos pregunta: ¿cómo juntos?; ¿por qué luchan? Tenemos que contestarle con las palabras del Preámbulo. Que marchamos. Que luchamos: para constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino”.