Lo detectaron científicos de la Universidad de Pekín. El fenómeno también cambia el campo gravitatorio, lo que puede afectar el nivel del mar y el clima.
El núcleo de la Tierra, una esfera caliente del tamaño de Plutón ubicada a unos cinco mil kilómetros de la superficie y constituido esencialmente de hierro, está cambiando su sentido de giro. Esto puede tener efectos globales como acortar los días en unas fracciones de segundo e influir en el clima y el nivel del mar.
“Pensamos que el núcleo central está, respecto a la superficie de la Tierra, en rotación hacia una dirección y luego hacia la otra, como un columpio”, dijeron Xiaodong Song y Yi Yang, de la Universidad de Pekín, autores del trabajo donde se analiza este cambio. Este “planeta dentro del planeta” dejó de girar e incluso lo estaría haciendo hacia el otro lado, según sugirió el estudio publicado en la revista académica Nature Geoscience.
El análisis muestra que en 2009 el núcleo terrestre se frenó y desde entonces gira un poco más lento que la corteza. Esta observación tiene una implicación insólita. “Visto desde el espacio, el núcleo gira prácticamente al mismo paso que el resto del planeta. Pero desde el punto de vista de la superficie, donde están las estaciones sísmicas, el núcleo gira ahora en dirección contraria; hacia el oeste”, explica Song en una entrevista con El País.
Este fenómeno puede tener efectos globales. “En los últimos años, los días se están haciendo más cortos y es posible que en parte se deba al núcleo de la Tierra”, afirma Song. La anomalía del núcleo hace que un día sea una milésima de segundo más corto ahora que en 1970, detalla. “La rotación del núcleo interno dentro del externo también altera el campo gravitatorio interno y causa deformaciones en la superficie, lo que a su vez puede influir en el nivel del mar. Estos cambios podrían también afectar a la temperatura global del planeta”, sugiere el geólogo.
Mecanismo
El mecanismo exacto de rotación de la esfera central, libre de movimiento ya que flota en el líquido del núcleo externo, sigue siendo difícil de descifrar, y lo poco que se sabe se basa en el análisis de las ondas sísmicas, provocadas por los terremotos, cuando pasan por el centro del planeta, explicaron los investigadores.
De esta manera, los científicos analizaron ondas sísmicas repetidas desde principios de los años ‘90 y demostraron que “todas las trayectorias que anteriormente mostraban cambios temporales significativos mostraron pocos cambios durante la última década”. “Este patrón globalmente consistente sugiere que la rotación del núcleo interno se ha detenido recientemente”, explicaron.
Y agregaron que, compararon ese patrón reciente con los registros sísmicos de Alaska de los dobletes de las Islas Sandwich del Sur que se remontan a 1964, y, al analizar los datos de las ondas sísmicas en las últimas seis décadas, concluyeron que la rotación del núcleo “casi se detuvo hacia 2009 y luego giró en dirección opuesta”. “Un ciclo completo -en una dirección y en la otra-, de este movimiento dura alrededor de siete décadas”, describieron los especialistas.