“Nunca equiparé a los dos países, porque sé lo que es invasión y lo que es integridad territorial. Todos pensamos que Rusia cometió un error”, dijo el presidente de Brasil Lula tras reunirse con su par de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este sábado en Lisboa que nunca igualó a Rusia y Ucrania en términos de responsabilidad por la guerra entre los dos países, e insistió en la necesidad de una paz “negociada” en el conflicto, al iniciar una visita a Portugal en la que su par luso, Marcelo Rebelo de Sousa, expresó su discrepancia con una iniciativa que puede “beneficiar al infractor”.
Lula, que busca poner a Brasil en el centro de la diplomacia mundial, se mostró tajante en su condena a la invasión rusa de Ucrania y volvió a defender su iniciativa de paz, luego de que Europa y EEUU repudiaran las declaraciones que hizo al cerrar su visita a China, donde criticó el apoyo armamentístico de los aliados occidentales a Kiev.
“Nunca equiparé a los dos países, porque sé lo que es invasión y lo que es integridad territorial. Todos pensamos que Rusia cometió un error y ya lo hemos condenado en todas nuestras decisiones de la ONU. Pero creo que la guerra ya ha comenzado, la guerra debe detenerse ahora. Y, para parar la guerra, tiene que haber alguien con quien hablar”, dijo Lula en una conferencia de prensa junto al presidente portugués, con quien se reunió este sábado, consignó la Presidencia brasileña.
Lula se encuentra desde este viernes en la capital portuguesa para una visita de Estado de cuatro días en el marco de una gira por Europa, la primera desde su asunción en enero, y que permitirá a ambos países firmar más de una decena de acuerdos.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) dijo que Brasil siempre ha condenado a los rusos por la “ocupación” del territorio ucraniano y subrayó que no tiene intención de visitar ninguna de las dos naciones por el momento.
“Al mismo tiempo que mi gobierno condena la violación de la integridad territorial de Ucrania, defiende una solución política negociada del conflicto”, declaró y sentenció: “Necesitamos urgentemente que un grupo de países se siente a negociar tanto con Ucrania como con Rusia para buscar la paz”.
Pese a la voluntad de diálogo de Lula, su homólogo luso se distanció de la postura defendida por Brasilia.
“La posición de Portugal es diferente”, retrucó rápidamente el mandatario de este país miembro de la Unión Europea (UE) y de la OTAN, uno de los primeros en suministrar carros de combate a Kiev.
“El presidente Lula considera que el camino hacia una paz justa y duradera supone priorizar la vía de la negociación”, dijo Rebelo de Sousa, un aliado histórico del PT, que mantuvo una tensa relación con el expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022).
Pero “la posición portuguesa es diferente: sostiene que un eventual camino hacia la paz supone el previo derecho de Ucrania a reaccionar a la invasión, recuperando lo que pueda o quiera recuperar (…) de su integridad territorial”, afirmó, según la agencia de noticias AFP.
Y eso se debe a “una cuestión de principio, que es el de no beneficiar al infractor”, remató.
El viaje de Lula a la antigua potencia colonial de la que Brasil se independizó en 1822 se da cuatro días después de su regreso de China, país que desde 2009 es el principal socio comercial de Brasil y por el que Lula apuesta para conducir una suerte de club de naciones por la paz en Ucrania.
Al concluir su visita en el gigante asiático, Lula se quejó de que “Europa y EEUU (como miembros de la OTAN) acaban contribuyendo a la continuación de esta guerra en Ucrania”, a lo que la Casa Blanca respondió que el brasileño “está reproduciendo propaganda rusa y china”.
Peter Stano, vocero de Asuntos Exteriores de la UE, destacó que “EEUU y la UE trabajan juntos como socios en la ayuda internacional, ayudando a Ucrania con ejercicios de autodefensa ante la invasión rusa”.
En Portugal, la ambigüedad de Brasilia tampoco causó buena impresión.
“La posición de Brasil en Naciones Unidas siempre ha sido la misma: al lado de Portugal, Estados Unidos y la OTAN. (…) Dicho esto, es muy simple: si Brasil cambia de posición, esto no le incumbe a Portugal, que mantendrá su posición”, declaró a principios de esta semana el presidente portugués.
El gobierno de Brasil afirmó en un comunicado que “está determinado a contribuir a la promoción del diálogo y de la paz, y al fin de este conflicto”.
Lula aseguró que, aunque fue invitado por los ucranianos, no tiene intención de ir a Kiev. “No he estado en Rusia y no voy a ir a Ucrania. Solo iré cuando haya una posibilidad efectiva de un clima de construcción de paz”, dijo.
Sin embargo, confirmó que enviará a Ucrania al excanciller Celso Amorin, actual jefe de su asesoría especial, para un encuentro con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aunque sin brindar detalles del mensaje que llevará el diplomático ni confirmar la fecha.
El lunes recibió en Brasilia al canciller ruso, Serguei Lavrov, quien “agradeció” a Brasil por su “contribución” en la búsqueda de una solución al conflicto y por “su excelente comprensión de la génesis de esta situación”.
Rebelo de Sousa recibió a Lula y a su mujer en la sede de la Presidencia lusa, en el barrio de Belém, en una primera jornada que también incluyó un encuentro entre representantes de los dos gobiernos.
Según señaló el mandatario brasileño, esta visita marca, asimismo, el relanzamiento del diálogo bilateral y una oportunidad para ampliar las relaciones económicas y sociales entre ambos países.
“Tenemos un potencial extraordinario para duplicar el flujo de comercio exterior entre nuestros países. Podemos ser más audaces. Que hablen más nuestros empresarios y ministros”, afirmó Lula, quien también buscará la aceleración de las negociaciones para la firma del acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, según indicó la Cancillería brasileña.
El exobrero metalúrgico, que gobernó Brasil de 2003 a 2010, quiere volver a poner a su país en el centro de la geopolítica mundial tras el aislamiento diplomático que marcó la gestión de su predecesor.
En esta cumbre luso-brasileña, la primera en siete años, se firmarán una docena de acuerdos bilaterales, principalmente en los sectores de la energía, la ciencia, la educación y el turismo.
El lunes, después de un encuentro con empresarios cerca de la septentrional Oporto, Lula participará en la entrega de la máxima distinción de la literatura de lengua portuguesa, el Premio Camoes, al célebre cantante y autor brasileño Chico Buarque.
Este artista, conocido por su compromiso con la izquierda y contra la dictadura militar brasileña (1964-1985), había sido anunciado como ganador en 2019, pero Bolsonaro se negó a firmar los documentos necesarios para que se le entregara oficialmente el premio.
Previo a volar a Madrid el martes, segunda y última etapa de su viaje, Lula pronunciará un discurso ante el Parlamento portugués previo a las conmemoraciones del 49º aniversario de la Revolución de los Claveles, que puso fin a 48 años de dictadura de derecha y a 13 años de guerras coloniales del país europeo en África.