Sin resquicio para el milagro, River derrotó a Estudiantes 3 a 1 y se consagró brillante campeón del fútbol argentino. Con goles de Beltrán, De la Cruz y Barco, de penal, superó a un Estudiantes alternativo donde se hizo notar el uruguayo Méndez, que ingresó en el segundo tiempo y marcó el único tanto Pincha.
En un estadio Monumental repleto, eufórico y con clima de fiesta anticipado, Estudiantes salió a jugar ante el casi campeón del fútbol argentino con una formación donde sobresalen algunos apellidos habitualmente suplentes como Sappa, Más y el debut del juvenil Nicolás Fernández.
Sin Andújar, con una molestia física, ni Mauro Boselli en planilla, el Pincha de Eduardo Domínguez atina a no perder la línea ante un anfitrión hambriento de gloria.
Después de haber recibido el primer gol Estudiantes se acomodó mejor en el campo y hasta se instaló con sano criterio y muchos hombres en las inmediaciones del área local, pero a los 18 minutos llegó el segundo alarido de la multitud deseosa de fiesta.
Con un derechazo fuerte, bajo y preciso que se clavó cerca del palo derecho de Sappa, Nicolás De la Cruz hizo delirar a los casi 90.000 asistentes. A esa altura, el Pincha sólo quería no perder el orden y mantener la pelota lo más lejos de su arco.
Al cumplirse la media hora inicial llegó otra cachetada para el huésped. Falta un tanto discutible de Sappa ante la gambeta larga de Nacho Fernández y Andrés Merlos pitó penal. Lo ejecutó Ezequiel Barco a la izquierda del arquero y la fiesta de la multitud subió el volumen de los cánticos.
Estudiantes estaba en la cancha observando los movimientos y la precisión del mejor equipo argentino de la actualidad.
Al término de la primera etapa River disfruta la fiesta que esperaba venciendo de un modo inapelable a Estudiantes por 3 a 0 en un Monumental repleto. Beltrán, De la Cruz y Barco, de penal, anotaron para quien ya se siente campeón del fútbol argentino. En Estudiantes el carácter y la vergüenza de Ascacibar para luchar siempre se hicieron notar entre tantos toques precisos de los dueños de casa.
Los cambios que decidió Eduardo Domínguez durante el entretiempo desnudaron por completo su único objetivo: que la noche terminara lo antes posible. Mauro Méndez por Rollheiser y Martiniano Moreno por Guido Carrillo pasaron en limpio que el partido “molestaba” en la agenda internacional y que el único objetivo es llegar de la mejor manera posible a la revancha del próximo martes ante Barcelona de Guayaquil por la Copa Sudamericana.
Los ingresos de Guasone y de José Sosa acentuaron la premisa de Domínguez de no desgastar a los titulares que pondrá en cancha el próximo martes.
A los 21, tras una linda cesión de Leonardo Godoy, Mauro Méndez se sacó la mufa definiendo de manera impecable ante la salida de Armani. Gritó con ganas el descuento sabiendo que lo ayudará para posicionarse como alternativa de cara al examen copero.
El último cambio albirrojo fue el de Franco Zapiola por Nicolás Fernández. Todavía quedaba un cuarto de hora por aguantar.
Los minutos finales mantuvieron, aunque con menor ansiedad, la búsqueda goleadora del campeón . En ese contexto, Mauro Méndez conquistó algunos comentarios positivos y puede afirmarse que su estadía en el campo no pasó desapercibida.