En el oscuro escenario que marcó el cierre del año en Chascomús, la tragedia se hizo presente en el establecimiento agropecuario “Los Pinos”. María Eugenia Suárez y su hijo Ignacio Leonel Reddy perdieron la vida en un violento incidente a balazos, mientras que el padre, Diego Adolfo Reddy, permanece en paradero desconocido, desencadenando una intensa búsqueda policial que involucra recursos como perros entrenados y drones.
La fatídica noche del viernes 29, el tranquilo paraje conocido como “Puerta del Diablo”, al cual se accede desde un camino vecinal en el kilómetro 129 de la Ruta 2, se convirtió en el escenario de un crimen que conmocionó a la comunidad. El macabro suceso fue descubierto gracias a un llamado telefónico al 911.
Al llegar al lugar, las autoridades encontraron a María Eugenia Suárez, de 47 años, sin vida debido a un disparo en la nuca. Su hijo Ignacio, de apenas 11 años, fue hallado en un galpón con impactos de arma de fuego.
A pesar de ser trasladado de urgencia al Hospital San Vicente de Paul de Chascomús, lamentablemente, el pequeño no logró sobrevivir y falleció horas más tarde.
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Un arma, de calibre similar al que se usó para matar a María Eugenia Suárez e Ignacio Reddy, se encontró en un vehículo del hijo de un matrimonio anterior de Diego Adolfo Reddy.
La autopsia al cuerpo de María Eugenia Suárez, de 46 años, reveló que fue asesinada de “un disparo en la nuca a una distancia menor a 25 centímetros”, según el informe que recibió el fiscal Jonatan Robert, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 10 descentralizada de Chascomús. La mujer fue atacada cerca de las 21 horas del último viernes mientras cocinaba un pollo y murió instantáneamente.
En tanto, Ignacio Reddy (11), hijo de Suárez y el Reddy, presentó “un solo disparo en el abdomen y diversos golpes con un elemento duro en la zona del cráneo y la cara que le produjo varias fracturas”, señaló un investigador.
Para cometer los crímenes, el autor de los disparos utilizó un arma calibre 22, indicaron.
“El hombre sigue desaparecido, era baqueano de la zona, conoce los caminos y parajes donde estaba la estancia”, relataron.
En uno de los procedimientos se peritó una camioneta propiedad de un hijo de Reddy con una pareja anterior, en cuyo interior se incautó una carabina del mismo calibre que fue utilizado para dar muerte a las dos personas, por lo que los investigadores procuran establecer si el arma secuestrada fue la utilizada para cometer el doble crimen.
“El rodado fue utilizado para ir al campo y regresar al domicilio. No estaba abandonado”, explicó un investigador.
El fiscal Robert contó que “la familia se movilizaba en una camioneta que estaba guardada dentro de uno de los galpones de la estancia”, lo que les “da la pauta de que si esta persona se retiró del lugar, lo hizo por sus propios medios”.
“Con los vecinos que hemos podido hablar nosotros no nos daban cuenta de una relación conflictiva, en principio, entre el matrimonio. De hecho, estaban preparándose para irse de viaje para pasar las fiestas en una localidad balnearia”, aseguró el funcionario judicial y añadió que “no se registraban en principio antecedentes entre la pareja”, de denuncias por episodios de violencia de género.
En tanto, en el interior de la propiedad no se encontraron los ambientes revueltos ni faltantes de dinero o de otros elementos de varios de la familia dueña del lugar.
El fiscal a cargo de la investigación, Jonatan Roberts, afirmó que no se descarta ninguna hipótesis.
El misterio que rodea a este doble crimen agita a la comunidad, generando una sombra de incertidumbre que las autoridades buscan despejar con diligencia y meticulosidad.