La nueva reglamentación introduce un cambio clave: como nutrientes excesivos, se tomarán únicamente los añadidos durante la producción, no los intrínsecos de los alimentos.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) realizó modificaciones en el Manual de Aplicación de la Ley de Etiquetado Frontal. La medida, que está en vigencia al ser publicada en el Boletín Oficial, afecta el cálculo de agregados de grasa, azúcares y sodio y la publicidad de los productos, por ende, a la colocación de los octógonos negros en los paquetes de los productos.
La nueva reglamentación se basa en el perfil nutricional establecido por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), pero introduce un cambio clave: el cálculo de nutrientes excesivos, como grasas, azúcares, sodio y calorías, indicados únicamente los ingredientes añadidos durante la producción, no los intrínsecos de los alimentos. Además, esta versión incorpora actualizaciones para establecer el exceso de nutrientes críticos, azúcares, calorías y la declaración de edulcorantes y cafeína, entre otros.
Los patrones de consumo de alimentos se han modificado en los últimos años. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) demuestra el crecimiento de las ventas de alimentos y bebidas envasados con diferentes tasas en América Latina entre los años 2009 y 2014 y prevé, en su último informe (2019), que sigan haciéndolo.
La alimentación no saludable -junto al consumo de tabaco, el consumo nocivo de alcohol y la inactividad física- se constituyen como factores de riesgo conductuales comunes para la aparición de enfermedades no transmisibles (ENT), siendo estas las principales causas de muerte en el mundo, al representar el 72% de las muertes anuales en el país (ENFR 4).
En Argentina los cambios en los patrones de consumo de alimentos siguen la tendencia mundial y atraviesan todo el entramado social.
Según datos de la última Encuesta de Nutrición y Salud (ENNYS, 2019) es muy elevada la proporción de población que refiere haber consumido alimentos no recomendados por su alto contenido en sal/sodio, azúcares y grasas, como bebidas azucaradas, productos de pastelería, productos de copetín y golosinas. Al analizar el consumo de alimentos no recomendados por grupos de edad, se observa que las infancias y adolescencias consumen más bebidas azucaradas, el doble de productos de pastelería o productos de copetín, y el triple de golosinas respecto de la población adulta.