Naturaleza y gastronomía se conjugan en la Comarca Turística de Sierra de la Ventana

Las localidades que integran la Comarca, partido de Tornquist, proponen un paisaje particular y distinto en cada una de las estaciones del año, y en esta época las retamas florecen, el amarillo se conjuga con el verde de las laderas de los cerros, transformándose en una pintoresca escenografía que rodea la ruta provincial 76, camino que conecta Villa Ventana y Sierra de la Ventana.

La primavera invita a recorrer diferentes atractivos como la estancia Mahuida-Co, cuyo nombre es de origen tehuelche que significa “sierra y agua”, donde hay especies arbóreas que datan de hace aproximadamente 90 años distribuidas en un predio de 200 hectáreas. La inmensidad del lugar se disfruta en un carretón tirado por un tractor desde el cual se pueden observar chivos, cabritos, burros, venado de las pampas, llamas, vicuñas y las llamativas vacas escocesas. La visita también pueden incluir almuerzo con carne asada, bebida y una torta de postre.

Los turistas también podrán visitar las ruinas del Club Hotel Ventana que a principios del siglo xx fue una de las villas turísticas más destacadas y que cada verano convocaba a visitantes tanto de la elite porteña como de los países europeos. Comenzó a construirse en 1904, se inauguró en 1911, en 1917 se prohibieron los juegos de azar y al tratarse de un hotel casino el mismo entra en decadencia y cierra finalmente sus puertas en 1920.

La historia del Club Hotel y la del Ferrocarril se cruzan en 1913 cuando se pone en funcionamiento la “trochita”, una locomotora con dos vagones con capacidad para 35 personas que unía la estación de Sierra de la Ventana con el fastuoso hotel a través de un trayecto de 18 kilómetros.

Los aficionados a los trenes podrán visitar el Museo de la Estación local, donde observarán trajes que utilizaban los guardas, los boletos de los distintos ramales, y elementos que se implementaban en el trabajo cotidiano tales como telégrafos, teléfonos, faroles y balizas, entre otros objetos. También podrán recorrer el Museo de la Trochita.

En tanto, el Parque Provincial Ernesto Tornquist es uno de los imperdibles con sus más de 600 especies de árboles, reptiles, aves migratorias, anfibios, pumas y ciervos. Desde allí puede emprenderse el ascenso al cerro de la Ventana y también recorrer los 11 senderos con distintos grados de dificultad, siempre contando con el asesoramiento de los guardaparques.

Otros de los rincones a descubrir es el Pueblo Turístico de Saldungaray, donde se podrá visitar un sitio histórico como el Fortín Pavón, rodeado por el Río Sauce Grande, que nació como posta en las expediciones de Juan Manuel Rosas y es un reflejo de la Frontera Costa Sud. En 1980 fue declarado como sitio histórico nacional.

En este pequeño poblado, se erige la inmensidad del pórtico del cementerio construido por Francisco Salamone, conocido como el “arquitecto de las pampas”, que construyó en el estilo art decó gran parte de los edificios públicos de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Manuel Fresco en la década del 30´.

Gastronomía serrana

Además de la belleza de los paisajes, la Comarca se caracteriza por su cocina en la que tienen un gran protagonismo el cordero, el jabalí, los quesos, los vinos y la cerveza artesanal.

El Bar Museo “La Estación” (Villa Ventana) construido sobre dos vagones de 80 y 120 años de antigüedad, con elementos históricos del ferrocarril local (libro de pasajeros, relojes), también hay radios, indumentaria y teléfonos de distintos momentos históricos, ofrece una gran variedad de cervezas artesanales (roja, rubia y negra) ideales para beber con pizzas caseras y picadas elaboradas con queso de campo, jabalí al malbec, y berenjenas en escabeche, entre otras delicias.

La bodega Saldungaray, ubicada en el pueblo homónimo, fue una de las pioneras en la producción vitivinícola en la región serrana, con vinos jóvenes como el cabernet franc. También se abocaron a la elaboración de espumantes como un pinot noir y a otros varietales como chardonnay sauvignon blanc y malbec, que tienen las características del microclima de la serranía.

Asimismo, la bodega realiza actividades de enoturismo como las catas dirigidas al tiempo que desarrolló una línea cosmética con cremas faciales, corporales, acondicionadores y shampoo.

En el bar que allí se ubica se puede degustar de una picada artesanal y una tentadora fondue acompañadas de una copa de vino.

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