INTA Campos naturales de invierno

Contamos en la zona costera de “Cuenca Sur”, una importante superficie donde prospera el Duraznillo Blanco, “Solanum Glaucophillum”. Esta planta ya ha salido de esta acotada zona, para hacerse presente en otras áreas de la Cuenca del Salado y Pcia. de Bs. As., del norte argentino e inclusive por fuera de nuestro País como Paraguay y sur de Brasil.

La ingesta involuntaria, (enmascarada con otros forrajes), de las hojas caídas del duraznillo, provoca la enfermedad denominada

enteque seco o bichoquera, que ocasiona el envaramiento del animal, la hipercalcificación de los tejidos blandos y articulaciones, dificultad al caminar, disminución de celos fértiles y bajos niveles de preñez en general, pérdida de peso y ocasionalmente la muerte.

E l control químico del duraznillo ya ha sido motivo de notas y artículos de divulgación por parte de la EEA Cuenca del Salado desde hace más de 20 años.

La enfermedad implica la imposibilidad, ante la presencia de duraznillales densos y la falta de otros recursos, de permanecer durante el verano por el “peligro” de la segura aparición del enteque.

Las estrategias para no tener que dejar el campo en el verano pueden ser la siembra de sorgos o sojas forrajeras, también si no está cundido todo el predio con la planta en cuestión y solo está en sectores rodeables con alambre o hilo electrificado, hacerlo e impedir el acceso de los animales durante el período entecador.

Si estas acciones no se pueden realizar, y no se ha comenzado con el control químico, deberemos salir del campo a fin de año a zonas sin enteque vendiendo o llevando los vacunos a campo propio o alquilado, (con todo los costos que ello implica), para volver recién en mayo del próximo año.

Cuando así ocurre, y por muchos años consecutivos, estos campos de uso estacional, (7 a 8 meses en el año), por culpa “DE” o gracias “A” la presencia del duraznillo, se han transformado en los Campos Naturales de Invierno destinados a invernada.

El irrestricto cierre del campo en verano ha provocado con el correr de los tiempos, un cambio en la flora de los mismos, proliferando así pastos de engorde como raigrás, cebadilla, lotus y trébol blanco.

Estos campos , con humedad normal, generan engordes sostenidos sobre todo en invierno y primavera.

Si se pretende llevar los novillos a terminación sobre estos campos con 2 a 2 ½ de edad, son invernadas largas, pero con un más que atractivo margen bruto: no hay gastos de semilla, de siembra, de barbechos químicos o mecánicos, y se pueden también mejorar con fertilización, algún control de malezas y apotreramiento.

Para evitar fletes de ida y vuelta, y terminar animales en el año, también se puede recurrir a una invernada de compra de novillos, vaquillonas o vacas vacías, que entrarán en mayo y saldrán gordas para fin de año.

Todavía no se han encontrado fármacos veterinarios que prevengan o curen la enfermedad, por lo que el control químico de la planta o los distintos planteos de producción mencionados en la nota es todo lo que hay por ahora. La enfermedad es irreversible y acumulativa de un año a otro si no procedemos a alguna acción como las mencionadas.

Las ganancias de peso de los vacunos, son moderadas durante el otoño, aumentan en pleno invierno y en primavera igualan o superan a las pasturas de calidad cultivadas.

Son, para concluir, campos de excelencia, muy rentables pero estacionales por el período del año “explotables”. Hay campos en la zona con áreas entecadoras, (con duraznillo), y con áreas libre de enteque, por lo que se simplifican los problemas y son simples las soluciones.

Ingeniero agrónomo Ignacio Rípodas

INTA Dolores

AER Maipú

EEA Cuenca del Salado

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