Un grupo de investigadores del CONICET pertenecientes al Laboratorio de Comunicaciones de la Facultad de Ingeniería de Mar del Plata, desarrolló el primer audífono digital y programable que permite a las personas con discapacidades auditivas mejorar su calidad de vida.
Se trata de un dispositivo de producción nacional y de bajo costo que integra las funcionalidades más importantes de este tipo de equipos. El proyecto fue dirigido por Jorge Castiñeira Moreira, investigador adjunto de CONICET y fue realizado por Alejandro Uriz, doctor en Electrónica y Becario posdoctoral de CONICET, como parte de su trabajo de tesis.
Para el desarrollo de este audífono se estudiaron las funciones de extensor de audibilidad y de tratamiento de acúfenos. “El extensor de audibilidad es lo que permite que una persona escuche lo que sin el audífono no escucharía. Es decir, toma toda la información que está en la zona donde el oído no le responde y la lleva a una zona que escuche mejor”, explicó Alejandro Uriz.
Un estudio elaborado a partir de preguntas específicas incluidas en el Censo Nacional 2010, detectó que en Argentina alrededor de 300.000 personas conviven con discapacidades auditivas y, en la mayoría de los casos, es imposible encontrar una solución económicamente accesible.
Según Uriz, los audífonos digitales tienen un costo muy alto y no son un artículo producido en nuestro país. “Hoy estamos hablando de 3 mil a 5 mil dólares por un audífono digital y las obras sociales a veces no los cubren. Este equipo no sólo viene a resguardar lo básico si no que tiene las características de los mejores audífonos implementados, y además en una tecnología desarrollada en Mar del Plata”, detalló.
Asimismo, añadió que se trata de una técnica que “enmascara el pitido que escucha la persona afectada y reduce su percepción, aunque no deja de oír las otras cosas”.
El audífono posee micro controladores comerciales para que, en el caso de producirse alguna falla pueda ser reparada, evitando su descarte. Además, puede ser alimentado con una batería de audífono o con las pilas tradicionales.
También puede ser programado desde una computadora y reprogramarlo en función de las necesidades y cambios de la condición auditiva que la persona va experimentando a lo largo de su vida.
“A partir de esto, la ventaja de ser digital y programable es que “el especialista lo puede adecuar a la necesidad y condición de cada persona”, agregó Castiñeira.