Tanta fuerza hicieron que un día lo lograron y pudieron clavar el título que buscaban: Cristina imputada. Por más que la denuncia haga agua por donde se la mire y quizás no tenga mayor repercusión que esto -un título rimbombante- ya se ha vuelto por demás evidente el intento de descabezamiento y posterior desacreditación de un proyecto de país como hacía mucho tiempo no se veía en la historia argentina.
Opereta repetida por las oligarquías nacionales en las cuales vemos como hermanos y caminando de la mano a la justicia junto a empresarios y terratenientes neoliberales, políticos cipayos, clérigos de dudosa cristiandad y gringos siempre dispuestos a extirpar la felicidad de nuestros pueblos. Nunca hace falta los minúsculos sectores de la clase media subalternos a estos intereses por ser faltos de conciencia de clase. Aclaro, el error no es ser opositor, sino pasar por encima de aquello que nos da la posibilidad de participar a todos: la democracia. Palabra que costó muchas vidas defender y muchos años construir.
A diferencia de aquellos años, el pueblo está del lado de un gobierno como pocos. Un gobierno popular. Porque supo expresar en la realidad la voluntad de una nación hambreada, huérfana de líderes, sollozante por sus hijos, traicionada por aquellos a quien confió su destino.
Ese sentimiento es el que atacaron porque no soportaban el 54% de los votos y mucho menos un 40% de aprobación de gestión. Es inaceptable una realidad así para los amantes del autoritarismo y lo antipopular.
El pueblo agradecido será quien se manifieste lealmente, en las calles, en las paredes. Con tiza o carbón. Como sea, con la convicción de hacer el bien. Si de algo estoy seguro, es que no podrán borrar tan fácil la sonrisa que supimos conseguir. Nuestro rumbo, irreversible. Nuestra lealtad, inquebrantable. Gracias Néstor. Fuerza Cristina.
Victor Manuel Casanovas
Secretario General del Partido Justicialista Dolores
Frente para la Victoria